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Por falta de apoyo del gobierno, Rossana Filomarino presentará su ‘‘última obra’’

No todo se puede escenificar en la calle, sostiene la ganadora del Premio Nacional de Artes y Literatura en 2018 // El 8 de agosto llevará su coreografía Migrantes al máximo recinto cultural del país // Se invierte demasiado para sólo tener cuatro o cinco funciones y ‘‘eso no rinde’’

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▲ Escena de ¡Ni una más! Tributo coreográfico a las muertas de Juárez, de Rossana Filomarino, obra que se estrenó en 2004 con la participación de Itzel Zavaleta (desnuda) y Marcela Aguilar, en la cual la coreógrafa explora el dolor humano, pues una de las características de su trabajo ha sido reflejar el sentir de la sociedad.Foto Cortesía de la agrupación Dramadanza
 
Periódico La Jornada
Miércoles 10 de julio de 2019, p. 3

La bailarina, coreógrafa y docente Rossana Filomarino, quien el año pasado fue reconocida con el Premio Nacional de Artes y Literatura, sostuvo que ante el difícil panorama de la cultura en el país, dejará de crear obras en gran formato y el 8 de agosto presentará en el Palacio de Bellas Artes su coreografía más reciente: Migrantes.

Durante la presentación del programa Estados en movimiento, que abarcará del primero al 17 de agosto en el máximo recinto cultural del país, Filomarino, directora y fundadora de la compañía Dramadanza, aclaró que no dejará la danza y seguirá ‘‘haciendo cosas chiquitas”; sin embargo, reconoció que en estos momentos ‘‘es imposible y muy difícil a pesar de la coproducción mover obras que son para grandes teatros porque no todo se puede presentar en la calle y no toda la cultura se puede hacer en la calle, así que como decisión artística Migrantes es la última obra que hago”.

Muchos meses de trabajo

En la pieza Migrantes con música de Rodrigo Castillo Filomarino, la coreógrafa aborda el fenómeno de la migración porque le preocupan temas como la violencia, el odio y la xenofobia que sufren las personas que viven esa circunstancia.

La creadora de piezas como A mis soledades voy y Los jardines del alma dijo que podría cambiar su decisión si su obra llegara a tener al menos 50 funciones, pero como no le alcanzará la vida para dar esas presentaciones y porque las compañías en estos momentos tienen ‘‘muy pocas funciones” es difícil que recule.

Contar con un espacio para presentar al público sus propuestas durante una larga temporada obliga a la coreógrafa a dejar de crear piezas de gran formato, pues aseguró que los bailarines y cocreadores trabajan varios meses en una obra que sólo tiene de tres a cinco funciones. Explicó que el factor económico es otro de los motivos para no seguir de creadora. ‘‘La Coordinación Nacional de Danza me da la posiblidad de hacerlo; gracias, Nina Serratos, pero yo pongo otro tanto y eso lo pude hacer este año porque tengo lo del Premio Nacional de Artes si no, no lo podría hacer”.

Filomarino añadió que se invierte demasiado para ofrecer cuatro o cinco funciones y eso ‘‘no rinde”; incluso propuso que los recursos deben distribuirse mejor.

La autogestión, necesaria

El bailarín y coreógrafo Vicente Silva, quien este año celebra el 30 aniversario de su compañía, consideró que frente a la situación que vive la cultura, la autogestión de las agrupaciones artísticas es importante. ‘‘Me ha costado trabajo crear, inventar cosas para subsistir con mi compañía y agradezco la invitación y el trabajo con las instituciones pero el trabajo fuerte es siempre personal, muchas veces tienes que poner dinero propio, hacer otras cosas para subsistir y creo no sólo existe el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) o el Fondo Nacional para la Cultura y las artes (Fonca), hay mucho que aprender en términos de gestión y de autogestión para generar fondos”.

La coreógrafa y directora de Contempodanza, Cecilia Lugo, lamentó la decisión de Rossana Filomarino y expresó que todos los creadores han sido autogestivos y la prueba es que han sobrevivido tantos años; también dijo que la autogestión no le resta ‘‘la obligación del Estado de apoyar el arte; es muy importante caminar de la mano la iniciativa privada y el Estado. Ya basta de pauperización para la danza, ya basta de bailar gratis, de vamos a presentarnos pero no hay un quinto, tienes que dar tantas funciones pero no hay fondos... esas cosas tienen que cambiar; llevo 50 años en la danza, lo he hecho toda la vida pero uno se cansa, hay que revisar lo que está haciendo el Estado para que estas cosas cambien y caminemos mejor todos”.

Tras escuchar las opiniones de los coreógrafos, la coordinadora Nacional de Danza, Nina Serratos, expresó que en lo que va de su administración siempre se le ha pagado a los artistas.

Patricia Chapa, maestra de la Compañía de Danza Folklórica de la Universidad Autónoma de Chihuahua, informó que su presupuesto también es bajo y que los bailarines ‘‘con tal de seguir en lo que les apasiona y les gusta aportan algo para que todo salga bien”.

Compartió que en estos 53 años de la agrupación tienen al mismo director y los mismos coreógrafos y todos trabajan día a día para fortalecer la danza folclórica universitaria.

Los coreográfos participaron en la conferencia que se efectuó el martes en la sala Adamo Boari para dar a conocer a las 13 compañías que integran la programación Estados en movimiento, donde sobresalen los estrenos Nahual, de Vicente Silva Sanjinés; Migrantes, de Filomarino; Flamenco: sendero y huella, de la agrupación Caña y Candela Pura, y Perihelión, de Óscar Ruvalcaba.