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Pequeños músicos morelenses ofrecieron un concierto lleno de frescura en Los Pinos

La orquesta Sonemos se presentó en el complejo cultural como parte del programa Semilleros Creativos, del Sistema Nacional de Fomento Musical

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▲ El director Arturo Márquez acompañó a los 87 niños en un repertorio cuyo eje fue la diversidad cultural y la identidad.Foto Guillermo Sologuren
 
Periódico La Jornada
Domingo 7 de julio de 2019, p. 2

Frescura y poderío sonoro, pero sobre todo alegría, honestidad y pundonor fueron las virtudes que prodigó este sábado la Orquesta Sinfónica Comunitaria Sonemos, de Morelos, en su actuación en el Complejo Cultural Los Pinos.

A la novel agrupación infantil y juvenil, integrada por 87 elementos de entre 10 y 17 años, le correspondió inaugurar el ciclo musical Sonemos en Los Pinos, en el cual se presentarán en la otrora residencia presidencial durante lo que resta del año algunas de las 100 orquestas del programa Semilleros Creativos, que coordina el Sistema Nacional de Fomento Musical.

Esta iniciativa, explicaron sus promotores de la Secretaría de Cultura federal, tiene el objetivo de desvelar al público cómo a través de los principios de inclusión y no discriminación, niños, niñas y adolescentes de comunidades vulnerables pueden acercarse al arte y a la cultura de manera activa.

Realizado en la cancha de tenis del complejo cultural, fue un concierto emotivo que después de 80 minutos culminó de manera festiva, con gran parte del público de pie, bailando y, de forma literal, dando chistosos saltitos al compás de las alegres notas de Los chinelos, pieza propia de las tradicionales festividades en la entidad morelense.

Esperanza e identidad

Bajo la dirección del músico tlaxcalteca Alberto Torres Xocolotzi, la Orquesta Sinfónica Comunitaria Sonemos interpretó un variopinto programa que a decir de la coordinadora general del Sistema de Agrupaciones Musicales Comunitarias Sonemos, Laura Calderón, tuvo como temas centrales la esperanza, la diversidad cultural, la identidad y los movimientos sociales que han provocado cambios en el mundo.

Las obra fueron la Obertura de la ópera El barbero de Sevilla, de Gioachino Rossini; Poeta y campesino, de Franz von Suppé; la Obertura 1812, de Piotr Ilich Tchaikovsky; el Vals número 2, de Dmitri Schostakochiv, y Cortés en Cuahnáhuac, de Guillermo Nápoles, así como Queen on Stage, arreglo musical de Paul Murtha a piezas del grupo de Queen.

El factor común de todas ellas fue la sinceridad y la garra con la que fueron interpretadas por los 87 pequeños músicos procedentes de los municipios de Tepoztlán, Cuernavaca, Emiliano Zapata, Huitzilac, Temixco, Xochitepec y Yautepec, Morelos. Una gran fiesta musical para las más de 200 personas que conformaron el público.

Para el director artístico y líder moral del sistema Sonemos, el compositor Arturo Márquez, está presentación resultó muy de su agrado y satisfactoria, más aún porque los integrantes de la orquesta no son propiamente estudiantes de música.

La realidad es que la música que están haciendo es maravillosa. Conforme los niños han ido creciendo, han avanzado en complejidad técnica y de repertorio. Estamos en un nivel medio avanzado y sé que en unos años más esta orquesta será maravillosa, a un nivel elevado. Pero hoy está sonando muy bien.

El reconocido creador sonorense, autor del Danzón número 2, recordó que el sistema Sonemos tiene ya seis años de trabajo en Morelos y que a la fecha cuenta con una banda, una orquesta sinfónica y un coro.

En total se atienden a más de 200 niños, con una plantilla de 18 profesores, además de un proyecto de educación musical instrumentado desde el año pasado en primarias y secundarias morelenses, a partir de la creación de ensambles de diferentes instrumentos.

El de las agrupaciones musicales comunitarias es un proyecto federal; tratamos de que crezca, porque la única manera de que nuestro país lo haga es abrazando a nuestros niños por medio de la educación, y la educación musical es una de las mejores maneras en la que podemos abrazar a nuestros niños para un futuro mejor, destacó Arturo Márquez en entrevista con La Jornada.

Es un proyecto que aparentemente tiene como línea sólo a la música, pero ésta es un principio para llegar a lo verdadero: los valores, la disciplina, y a lograr que los niños encuentren su dignidad.

El compositor recordó que Morelos es una entidad con problemas de inseguridad y violencia, y que una forma de contrarrestar e incluso prevenir ese panorama es invertir en la infancia y la juventud.

Si hubiera la manera de que se les diera más cuidado a estos progrmas, no sería tan difícil pensar en que los niños y los jóvenes puedan tener otras alternativas y un desarrollo sano a través de la educación artística, el deporte y la ciencia, sin que ello signifique dejar de lado su educación primaria o secundaria.