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Conflicto UACM
E

n la elección para rector (a) realizada por el quinto Consejo Universitario en mayo de 2018, el doctor Galdino Morán obtuvo más votos que la doctora Tania Rodríguez, y fue designado rector. Ahora, el recién instalado sexto Consejo, inconforme, se apresta a revocarle el mandato. Y, para hacerlo, involucra a la administración que tuve a mi cargo.

1. En La Jornada (17/06/19), se anuncia la revocación del rector, por la ineficiencia para sancionar las irregularidades detectadas en diversas obras contratadas en la pasada administración. Se afirma, pero no se prueba. La tardanza en concluir las construcciones y remodelaciones, que es real y criticada, se analiza con detenimiento en un documento de la Comisión de Planeación, posterior e independiente a nuestra gestión. Es uno de los probatorios que aportan quienes buscan la revocación del rector. Ahí se encuentra una relación muy detallada de la compleja problemática que implicó el desarrollo de las obras, y, entre otras cosas, señala que la dilación se debió a las empresas contratadas. Ellas no han cumplido con sus responsabilidades y se describen algunas de las maniobras que utilizaron para dilatar los tiempos y presionar así por más dinero. Se critica que la administración a mi cargo no haya rescindido contratos, pero con la oficina del Abogado General consideramos que ir a un pleito con las empresas entrañaba el riesgo de una suspensión legal y todavía mayor tardanza. Hay que decir que tratándose de un programa de construcción y remodelación por 300 millones de pesos, con decenas de obras, en el que participan discutiendo, aprobando y, finalmente, operando, distintas y numerosas instancias institucionales, por supuesto que pueden darse errores o fallas en los procedimientos, pero no se incurrió en una dilación catastrófica. De las 86 obras y servicios (apoyos) a realizarse, al final de la gestión nuestra (10/05/18), 61 ya estaban concluidos al 100 por ciento y 8 tenían más de 75 por ciento de avance. Asimismo, de los 300 millones obtenidos para ese propósito 257.3 ya estaban pagados o comprometidos (Informe Coordinación de Obras, 05/18). Cumplir en dos años (2016-2017) con cerca de 80 por ciento de las metas de construcción y con 86 por ciento ciertamente matiza los calificativos. Falta, pero muy poco.

2. Irregularidad, por otro lado, tiene significados muy precisos. A diferencia del error, que no implica intencionalidad, irregularidad se refiere a algo deliberado en la manipulación, falsificación o alteración de registros o documentos, la apropiación indebida y utilización irregular de activos, la supresión u omisión de los efectos de transacciones en los registros y documentos y, el registro de operaciones ficticias o la aplicación indebida e intencionada de principios y normas contables (Orelio Agustín), pero nada de esto aparece en los documentos donde esas irregularidades deberían describirse. Es decir, que la misma documentación en que se basa la acusación contra el rector indica que la responsabilidad está en otra parte y muestra que no hay prueba, ni asomo siquiera de que en las obras se hubieran detectado las mencionadas irregularidades.

3. La acusación de que hubo irregularidades en la anterior gestión aparece en un cargado contexto político. Como rector, en el Consejo Universitario manifesté mi desacuerdo con la presión de los seguidores de la candidata (que veían difícil ganar en consejo) para que, en la designación del rector, el consejo asumiera los resultados de la consulta (votación) realizada por la Comisión Electoral para elaborar la terna (donde sí había ganado la candidata). Pero según el Estatuto Orgánico, la terna sólo se presenta al consejo, y es éste el que de entre los tres designa al rector(a) (artículo 47, V y VI). El proceso de revocación en el que se involucra a nuestra administración es así un episodio más de una lucha por la rectoría, donde se utilizan los más cuestionables recursos. En el programa televisivo A Contracorriente, uno de los que ahora firman la solicitud de revocación me acusa de corrupción, sin prueba alguna, y ya antes dos de los tres que ahora solicitan revocación, junto con un profesor ahora consejero universitario, se reunieron con la Jefa de Gobierno. Sintiéndose fuertes, no extraña que al rector Morán se le maltrate y ofenda constantemente, que por acuerdo del sexto consejo se le prohiba conducir las sesiones de ese órgano, que se le niegue el título de rector, que en la Sección Avisos y Edictos de La Jornada (14/06/19) se le llame “ciudadano… que se ostenta como rector” y, que se le someta a un proceso exprés (y sin estudiantes en clases) para destituirlo del cargo que, contradictoriamente, se dice no tiene. Tengo respeto, pero no vinculación, ni cercanía con el rector Morán –otra era mi candidata–, pero debo decir que este no es un trato digno entre universitarios, así sea por una rectoría. Además, siembra lo que la UACM no necesita: otro conflicto.

UAM-X, ex rector UACM