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Celebran con un libro la vida y trayectoria de 60 años del pintor Guillermo Ceniceros

Laboratorio de formas registra las vicisitudes del artista a través de una entrevista de semblanza

Foto
Ceniceros es un trabajador, un feliz obrero de su pasión y oficio, expresó el editor Juan Ángel Chávez en la presentación del título, en el Museo Nacional de Antropología. En la imagen, el pintor en una sesión reciente en su estudio.Foto cortesía de Pacual Borzelli
 
Periódico La Jornada
Lunes 10 de junio de 2019, p. 8

El libro Guillermo Ceniceros: laboratorio de formas, que rinde homenaje y celebra los 80 años de vida y 60 de trayectoria creativa del pintor, dibujante, grabador y muralista duranguense, fue presentado la noche del jueves en el auditorio Jaime Torres Bodet del Museo Nacional de Antropología.

En el libro, editado por la Fundación Guadalupe Pereyra y el grupo Cultura en Construcción, se puede apreciar la obra de uno de los colaboradores más cercanos de David Alfaro Siqueiros, sobre todo el dibujo y la gráfica.

Es un libro para leer y escuchar la voz de Ceniceros, su trayectoria y vicisitudes como artista, mediante una entrevista de semblanza a cargo del poeta José Ángel Leyva.

La presentación del ejemplar estuvo a cargo de Socorro Soto Alanís, titular del Instituto de Cultura de Durango; el presidente de la Fundación Guadalupe Pereyra, Juan Ángel Chávez Ramírez; el escritor Evodio Escalante; José Ángel Leyva; Rodrigo Garza Arreola; como moderadora Azucena Triana Martínez, y el homenajeado artista plástico, Guillermo Ceniceros

Más allá del mural, el dibujo y el grabado

Mucho se han destacado las aportaciones a la muralística mexicana del maestro Ceniceros, al igual que de su pintura de caballete, pero poco se han valorado aspectos más significativos de su sensibilidad e inteligencia: su dibujo y el grabado, se señaló durante la presentación del ejemplar.

La entrevista de semblanza, destacaron el escritor Evodio Escalante y el editor Chávez Ramírez, es una especie de monólogo en el que se escucha la voz del artista con desenfado y cordialidad, para conducir al lector por sus vivencias familiares y estéticas, al lado de su compañera de vida, la también pintora Esther González, así como por la presencia de tres figuras académicas de su trayectoria: sus profesores de primaria y de dibujo técnico industrial, y el reconocido muralista David Alfaro Siqueiros.

En dichos testimonios, Ceniceros deja claro que la mejor enseñanza es la búsqueda, la entrega, la libertad para responder a sus propias necesidades expresivas y a su universo autoral, apuntó Chávez Ramírez.

Además, agregó Leyva, esos testimonios son reflejo de la sencillez, bondad, generosidad y talento de Ceniceros, cuya casa taller es un laboratorio de formas.

Se trata de un libro, concluyó el editor Chávez Ramírez, que reconoce la labor de 60 años de dibujar de manera incesante y de sus 80 años de vida, “pues Ceniceros es un trabajador, un feliz obrero de su pasión y oficio.

“Los durangueños nos sentimos orgullosos de su obra. En las páginas de este libro no hay un recorrido cronológico, sino estético, un diálogo entre la vida y la obra, un mapa para comprender sus dibujos, eso que él denomina ‘el sistema nervioso de su plástica’.”