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Reduce posibilidades de desarrollo

Reprueban la aplicación de austeridad a rajatabla

Recortar funcionarios no combate la corrupción // La burocracia se puede volver servil // Surge un mal presagio de lo que puede pasar con las instituciones: Red por la Rendición de Cuentas

 
Periódico La Jornada
Sábado 1º de junio de 2019, p. 12

La aplicación de una estrategia de austeridad a rajatabla no ayudará a mejorar el desempeño de las instituciones ni a luchar contra la corrupción, como afirma el actual gobierno, sino que puede obstaculizar el trabajo de diversos organismos gubernamentales y minar su eficiencia, advirtió Lourdes Morales, coordinadora de la Red por la Rendición de Cuentas.

Hay una confusión entre austeridad y combate a la corrupción. Una cosa es identificar las rutinas institucionales que pueden tipificarse como faltas administrativas graves o hechos de corrupción, y otra es que sólo cortando plazas quieras tener mejores resultados, señaló la especialista en entrevista con La Jornada.

Con respecto al anuncio de la Secretaría de la Función Pública de seguir con los recortes en el gobierno federal hasta el 30 de junio, Morales alertó que al llevar a cabo una política de austeridad a rajatabla, por cuotas, hay una precarización de la administración pública, al desaparecer las plazas de una serie de funcionarios cuyas labores tal vez sean sustantivas.

Además de perjudicar a los burócratas que pierden su empleo, dijo, la actual política de ahorro también afecta a quienes permanecen en sus trabajos, debido a que se quedan en un contexto de inestabilidad, estigmatización y castigo, el cual no va a motivar a los servidores públicos a realizar bien sus labores.

Servicio profesional de carrera

Si además de eliminar puestos de trabajo, el gobierno no incentiva la profesionalización de los funcionarios y le da impulso al Servicio Profesional de Carrera, se envía el mensaje de que sólo permanecerán quienes sean leales a un partido o una administración y no necesariamente quienes tengan más méritos para ello.

Es un mal presagio de lo que va a pasar con las instituciones. Me preocupa este discurso generalizado de que todo funcionario público es corrupto o flojo, además de la sobrecarga de trabajo que se generará para los que se queden. El mensaje que se les da es que no tienen oportunidades de desarrollo y van a pagar por algo de lo que ni siquiera son responsables, apuntó la doctora en ciencia política.