El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está en campaña; ante la inexistencia de enemigos exteriores ve la posibilidad de convertir a México en tal con el tema de la migración y el comercio para sustentarse frente a su electorado, señala el director de la Revista de Relaciones Internacionales de la UNAM, Tomás Milton.

En entrevista, el académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales explica que por ello, el mandatario se ha vuelto predecible al momento de arremeter en contra de nuestro país.

En este escenario, dijo, México debe tener la capacidad de contrarrestar y no engancharse en retóricas para ir encaminando la relación bilateral en los objetivos que son prioritarios: comercio, seguridad y asuntos fronterizos.

Ante los buenos resultados que le ha dado la diatriba contra la administración mexicana, el Plan de Desarrollo Integral para México y Centroamérica presentado en conjunto con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe corre el riesgo de quedarse sin la participación del vecino del norte, advirtió el internacionalista.

Ello, precisó, frente a un patrón del gobierno de Trump de recortar poco a poco en los últimos años los recaudos para programas prioritarios dedicados a Centroamérica. El riesgo es que a pesar de presentar la propuesta, ésta no genere el interés del gobierno estadunidense por la propia lógica de lo que serán las elecciones, aseveró.

Aclaró que si en algún momento el gobierno estadunidense señaló simpatía a generar algún programa para prevenir la migración de centroamericanos, la manera en que participaría es a través de un mecanismo para apoyar a sus propias empresas y que pudieran generar ganancias.

Lo que hasta el momento ha ofrecido Trump es la promesa de invertir, pero este dinero sería en apoyo a las firmas estadunidenses interesadas en desarrollar proyectos mediante las cuales obtuvieran ganancias, es decir, no se está pensando en desarrollo humano, sino en hacer negocio, consideró.