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Mujeres artistas son cada vez mejor cotizadas en subastas de Nueva York

El cambio comenzó a verse en 2018, con récords para las pintoras Helen Frankenthaler y Cecily Brown

 
Periódico La Jornada
Lunes 13 de mayo de 2019, p. 9

Nueva York. Aunque aún dominado por los hombres, el mercado del arte está en pleno cambio: las obras de pintoras abstractas, y de artistas femeninas en general, son cada vez más apreciadas por los coleccionistas, como muestran las subastas de primavera en Nueva York que comienzan hoy.

Hay una revaluación extraordinaria del mercado para las mujeres artistas, tanto antiguas como contemporáneas, asegura David Galperin, responsable de ventas de la casa de subastas Sotheby’s en Nueva York.

Ya se vio un cambio en 2018, con récords para las pintoras de arte abstracto Helen Frankenthaler (fallecida en 2011), la británica Cecily Brown (50 años), Grace Hartigan (fallecida en 2008) y, sobre todo Joan Mitchell (fallecida en 1992), cuyo Blueberry se vendió hace un año en 16.6 millones de dólares.

David Leiber, socio de la galería David Zwirner, que expone varios de sus cuadros, recuerda que Joan Mitchell conoció el éxito muy pronto, tanto del público como de la crítica. Pero casi no se había beneficiado del crecimiento del mercado del arte en los últimos años, hasta la subasta de Blueberry.

El valor de mercado de estas artistas cuyas obras son tan poderosas como las de sus contemporáneos masculinos estaba por detrás de ellos desde hace décadas, explica Galperin.

Aún detrás de Kooning

Si bien su valor comenzó a apreciarse, aún siguen muy por detrás de las sumas alcanzadas por Willem de Kooning (68.9 millones de dólares), Jackson Pollock (58.4 millones) o Mark Rothko (86.9 millones).

Es un ajuste del mercado que debería haber ocurrido hace ya tiempo, afirma Alexander Rotter, presidente del departamento de posguerra y arte contemporáneo de Christie’s en Nueva York.

Este ajuste se debe a varios factores, comenzando por el crecimiento del mercado que favoreció a los artistas hombres, muchos acercándose o superando la barrera de los 100 millones de dólares.

Hay un apetito por las oportunidades, eso se debe a que los precios (de las obras de mujeres) son accesibles con relación a obras de calidad comparable y pintadas por sus pares masculinos, estima Galperin.

El fenómeno beneficia además a otras mujeres artistas, como a la escultora francesa Louise Bourgeois (fallecida en 2010), que podría batir esta semana su récord de 28.2 millones de dólares, establecido en 2015.

Como hace cuatro años, la obra es una araña gigante, estimada en entre 25 y 35 millones de dólares por Christie’s. Será subastada el miércoles de noche.

Otro factor, menos directamente ligado al mercado del arte: estamos en una era de redescubrimiento de las mujeres artistas, científicas, políticas, cuya contribución ha sido durante mucho tiempo minimizada o incluso olvidada.

Espero que lleguemos a un mundo en el cual no tengamos que hacer más distinciones, donde los precios se decidan en función de la obra más que del género del artista, dijo Alexander Rotter. Pero hoy hacemos la elección consciente de estar atentos a las mujeres artistas.

Algunos coleccionistas piden específicamente adquirir obras realizadas por mujeres, observó. Esto existió siempre, pero es más importante hoy.

El movimiento favorece a los grandes nombres pero también a artistas menos conocidas, como la pintora de origen nigeriano Njideka Akunyili Crosby, una de cuyas telas se vendió a 3.4 millones de dólares el año pasado en Sotheby’s, o la anglo-ghanesa Lynette Yiadom-Boakye, que el año pasado vendió una pintura por 1.5 millones.

Atraviesa también las épocas, como atestiguan los 7.1 millones de dólares pagados en enero por una obra de la retratista francesa Elisabeth-Louise Vigée Le Brun (1755-1842), un récord para una mujer entre los viejos maestros.