La Habana. Encabezados por el ex presidente Raúl Castro y su sucesor Miguel Díaz-Canel, casi un millón de cubanos marcharon este miércoles horas antes de la entrada en vigor de sanciones, las más duras impuestas contra la isla por Estados Unidos en décadas.

No nos entendemos con la Helms-Burton, comentó un locutor antes de dar salida al desfile del primero de mayo por la Plaza de la Revolución y en alusión directa a la norma estadunidense activada por el presidente estadunidense, Donald Trump, que permite a ciudadanos de su país o a cubanos naturalizados presentar demandas contra empresas de terceros países por confiscaciones realizadas en la isla.

Trump impuso además otras restricciones a los viajes y remesas –dos áreas vitales para la economía de la isla– presionando por un cambio de modelo político y la víspera amenazó nuevamente a Cuba tras acusar al país de mantener 20 mil soldados en Venezuela en apoyo al mandatario Nicolás Maduro, algo que la isla calificó de descabellado.

Una gigantesca manta blanca con letras rojas con el lema Unidad, Compromiso y Victoria, lideraba la columna de trabajadores que entre las primeras filas contenía además a médicos regresados de Brasil, luego de que la isla rompió un convenio de cooperación con el mandatario ultraderechista Jair Bolsonaro.

Pancartas con lemas de apoyo a la revolución, en contra de las sanciones, coloridas banderas y carteles identificando los centros de trabajo coloreaban la marcha, que tuvo réplicas en todo el país.

En Bolivia, el gobierno del presidente Evo Morales aprobó un incremento salarial de 3 por ciento, en una decisión rechazada por el empresariado, que la calificó de medida política.

En Chile, violentos incidentes, incluido un incendio en una gran tienda comercial en el centro de Santiago provocado por encapuchados, marcaron las movilizaciones por el primero de mayo. Miles de trabajadores respondieron al llamado de dos importantes sindicatos para recorrer la Alameda con pancartas y lienzos en los que se quejaban por la falta de empleo, discriminación laboral y el avance de la tecnología que remplaza a obreros.

En San Salvador, miles pidieron detener la privatización del agua y solicitaron un incremento del salario mínimo.

Miles se manifestaron en Ecuador y aprovecharon para rechazar un acuerdo entre el gobierno del presidente Lenín Moreno y el Fondo Monetario Internacional.

El contundente paro y la multitudinaria manifestación del martes en Buenos Aires, que culminó con un acto de protesta en Plaza de Mayo contra las políticas del gobierno de Mauricio Macri y con demandas y exigencias ante la gravedad de la crisis que vive el país, continuó este miércoles mediante un plan de lucha que llevó a sindicatos como el de Camioneros y su líder Hugo Moyano a instalar gigantescas ollas populares, informó la corresponsalía de La Jornada.

Moyano enfrentó a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien anunció que los organizadores de la protesta deberán pagar unos 23 millones de pesos, que es lo que costó el operativo de seguridad.

“Que lo pague ella, que hace 20 años que viene viviendo y cobrando del Estado… Nosotros le pagamos los sueldos. Que pague”, exigió Moyano.

Afp, Ap y Europa Press

París. Decenas de miles de trabajadores participaron este miércoles en París en la tradicional marcha del primero de mayo, marcada por choques esporádicos con policías y detenciones en medio de fuertes medidas de seguridad.

Sindicatos y chalecos amarillos que protestan desde hace más de cinco meses contra las políticas del gobierno, habían llamado a participar en la marcha de la capital y en otras 200 ciudades de Francia.

Aunque en París hubo incidentes, en el resto del país la mayoría de las concentraciones para festejar este día transcurrieron en un buen ambiente.

En total, 310 mil personas, según los sindicatos, y 164 mil, de acuerdo con la policía, marcharon en Francia. En la capital se movilizaron unos 40 mil, indicó un recuento realizado por un colectivo de medios de comunicación.

Aunque las primeras manifestaciones se llevaban a cabo de forma pacífica, el ambiente empezó a caldearse en París cuando la policía lanzó gas lacrimógeno para dispersar a cientos de blacks blocs, militantes anticapitalistas y antifascistas vestidos de negro y con el rostro cubierto. Un manifestante resultó herido en la cabeza. Las fuerzas del orden recibieron proyectiles de todo tipo.

Una periodista de la agencia pública rusa Ria Novosti declaró que recibió porrazos de la policía cuando cubría las protestas.

Más de 7 mil 400 policías y gendarmes fueron desplegados en París, básicamente para enfrentar a los 2 mil activistas radicales que podían provocar disturbios, según cálculos del ministro del Interior, Christophe Castaner.

Las fuerzas del orden hicieron 330 detenciones.

En San Petersbugo fueron detenidas 60 personas que protestaron contra la política del Kremlin, mientras en Estambul las fuerzas del orden arrestaron a más de un centenar.

En Sri Lanka, los principales partidos políticos desconvocaron las marchas por motivos de seguridad tras la cadena de ataques suicidas reivindicada por el Estado Islámico, que dejó 253 muertos el Domingo de Pascua.

Hubo movilizaciones en Bangladesh, Filipinas, Indonesia, Hong Kong y Taiwán en demanda de mejores condiciones laborales.

El papa Francisco ofreció una oración para quienes sufren la tragedia global del desempleo.