¿Qué relación existe entre la sociedad mexicana, el boxeo y el teatro? ¿Por qué ese deporte es tan popular en nuestro país? ¿Será porque –para salir adelante– los ciudadanos deben arriesgar todo y romperse literalmente la cara?

Esas y otras reflexiones se entretejen en Last Man Standing, simulacro boxístico para actores, puesta en escena escrita por Jorge Maldonado y dirigida por David Psalmon, que inicia su segunda temporada en el Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico.

El proyecto es resultado de una investigación escénica y documental. El texto dramático desarrolla la trayectoria de dos gladiadores que pelean y confrontan sus aspiraciones contra la realidad impuesta por el sistema. Al final, el público tomará la decisión de quién será el vencedor, explica el dramaturgo Jorge Maldonado a La Jornada.

“Aunque la decisión no será fácil –prosigue–, porque los espectadores deben elegir entre el triunfo personal (bajo las leyes del sistema) o cumplir lo que dicte su vida. Entonces, tenemos dos finales completamente diferentes en función de su elección.”

El Gallo, joven promesa del boxeo nacional y favorito de los inversionistas, se enfrenta a El Chacal, actual campeón a punto de retirarse, favorito de la gente. La juventud arrogante sedienta de triunfo frente a la experiencia, bajo la mirada de un pueblo ávido de espectáculo y de esperanza, en un sistema donde los intereses económicos lo corrompen todo.

Para Jorge Maldonado (Ciudad de México, 1988), el cuadrilátero es una extraordinaria alegoría de nuestra sociedad: un espacio de combate, de sufrimiento, de dolor pero también de lucha y oportunidades.

“Esos boxeadores no sólo son importantes en la trama. También está La Flaca, pugilista bastante talentosa, incluso más que El Gallo, su novio. Me interesó mucho meter a una figura femenina en un ámbito bastante machista, ya que los combates donde participan las mujeres siempre están relegados”, acota Maldonado.

Una mujer, la última que queda de pie

“El montaje me tomó casi cinco años de preparación; lo titulé en inglés porque me pareció una frase muy recurrente en el boxeo estadunidense. La historia toma más peso porque cierra con un monólogo de La Flaca. Mi idea es que el público siga la trayectoria de El Gallo y El Chacal, pero que al final se dieran cuenta de que no son ellos los personajes centrales, sino una mujer. Al final, quien resulta ser la última persona de pie, es una mujer.

El elenco de Last Man Standing… está integrado por Christian Díaz (El Gallo), Rubén Olivares (El Chacal), Carmen Coronado (La Flaca), Miguel Ángel Barrera (El Trapos y El Sin Rostro) y Gilberto Barraza (El Piedra).

La trama se desarrolla en una plataforma de madera, de un metro de altura, que funciona como escenario y ring, mientras cinco casilleros se utilizan como espacios de proyección. La música está diseñada por Daniel Hidalgo, reconocido compositor mexicano.

México ocupa el segundo lugar con más campeones de boxeo a escala mundial, a diferencia de otros deportes. Supongo que es así por las condiciones sociales en las que estamos inmersos, apunta Jorge Maldonado.

En un país con pocas oportunidades el mismo sistema provoca que las personas se suban al ring como una especie de coliseo romano con la finalidad de sobrevivir. A gran escala cada uno de nosotros es un sobreviviente.

Con producción del colectivo Teatro Sin Paredes, auspiciado por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, Last Man Standing, simulacro boxístico para actores se presenta los lunes a las 20:30 horas en el Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico (avenida Revolución 1500, colonia Guadalupe Inn).

La temporada concluye el 15 de julio.