Con el aval de todas las fuerzas políticas, que lo consideraron un hecho histórico, el Senado aprobó reformas a la ley laboral para garantizar que más de 2 millones de trabajadores domésticos del país (90 por ciento mujeres) cuenten con derechos básicos como contrato por escrito, descanso semanal, vacaciones anuales, aguinaldo, horas extras y seguridad social.

La afiliación al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) será obligatoria y la meta de la primera etapa es inscribir a 400 mil trabajadoras, quienes podrán disfrutar de servicio médico, guarderías y las demás prestaciones que otorga ese organismo tripartita, entre ellas la protección de maternidad y la jubilación, señala la propuesta de reforma aprobada por 112 votos en favor y ninguno en contra.

Hoy comenzamos a pagar una gran deuda social y se abre una perspectiva de justicia laboral, con el firme compromiso de reivindicar y dignificar esta actividad económica, expresó el presidente de la Comisión del Trabajo, Napoleón Gómez Urrutia. El señalamiento fue luego compartido por la presidenta de la Comisión de Igualdad de Género, Malú Micher, de Morena, así como por la priísta Nuvia Mayorga, la panista Xóchitl Gálvez (autora de la iniciativa) y el coordinador perredista, Miguel Ángel Mancera.

En el área de invitados del recinto, Marcelina Bautista, dirigente del sindicato de trabajadores domésticas, y otras luchadoras por los derechos de ese gremio escucharon el debate y el reconocimiento de senadores de que es apenas el primer paso para sacar de la marginación y la discriminación a quienes se ocupan de la limpieza de los hogares y el cuidado de los niños, así como de cocinar y un sinfín de actividades poco reconocidas y mal remuneradas.

La senadora Micher resaltó que en 2003 ella presentó una iniciativa en la materia que nunca fue tomada en cuenta, pero ahora que Morena gobierna se pudo aprobar esa modificación, que es un acto de justicia para quienes han vivido condiciones de inequidad y vulnerabilidad.

Esa reforma a la Ley Federal del Trabajo, además de otorgarles derechos que se les negaron por décadas, prohíbe la contratación de menores de 15 años para tareas domésticas.

En cuanto a los jóvenes mayores de esa edad, sólo podrán ser contratados quienes hayan terminado la secundaria. En ese caso, el patrón deberá fijar jornadas que no excedan seis horas diarias.

Asimismo, señala que la jornada de los trabajadores que residan en la misma casa de los patrones será de ocho horas diarias, y si se sobrepasa ese horario, se les deberán pagar horas extras.

La Comisión Nacional de los Salario Mínimos fijará los sueldos, que en ningún caso podrán ser menores a dos mínimos vigentes.