Opinión
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Autoelogio y vituperios
L

as conferencias mañaneras de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) siempre tienen dos componentes. No son los únicos, pero invariablemente forman parte de las respuestas que da cuando preguntan quienes cubren para su medio informativo la fuente presidencial. Reiteradamente se autoelogia y declara que él no es depredador, como sus antecesores en el cargo, y descalifica, con una amplia gama de adjetivos, a sus oponentes o críticos.

Al Presidente le gusta citar pasajes bíblicos. En ocasiones lo hace de manera textual, y en otros momentos recurre a paráfrasis. Ésta última forma la utilizó el viernes de Semana Santa, cuando mediante Twitter escribió: Bienaventurados los pobres, los humildes, los que lloran, los que padecen de persecución, los que tienen hambre y sed de justicia, y los de buen corazón. La cita forma parte de las palabras de Jesús en el conocido como Sermón del Monte, específicamente se localizan en Mateo 5:3-8.

Un día después subió lo siguiente: Callaron como momias cuando saqueaban y pisoteaban los derechos humanos y ahora gritan como pregoneros que es inconstitucional hacer justicia y desterrar la corrupción. No cabe duda de que la única doctrina de los conservadores es la hipocresía. Son como sepulcros blanqueados. La última frase es un reclamo hecho por Jesús en Mateo 23:27 a maestros de la ley y los fariseos que anteponían posturas legalistas a procurar justicia.

Ya que es inclinación presidencial evocar frases bíblicas, considero que tal vez pudiese el titular del Poder Ejecutivo tener presentes pasajes que hablan del poder que las palabras tiene para edificar o derruir. En la traducción preferida de AMLO, la Reina-Valera 1960, el llamado libro de Proverbios, en el capítulo 27, versículo 2, contiene la siguiente instrucción: Alábete el extraño, y no tu propia boca; el ajeno, y no los labios tuyos. Es decir, reiterados autoelogios no necesariamente implican el reconocimiento de otros y otras a la lisonja vertida. Es más, puede causarse el efecto contrario al buscado, ya que encomiarse uno mismo termina por enfadar a la contraparte.

En Proverbios 18:6 leemos que los labios del necio traen contienda; y su boca los azotes llama. Más adelante, el versículo 21 menciona la doble faceta que pueden tener las palabras proferidas: La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos. En el Nuevo Testamento la Carta de Santiago contiene una sección que alecciona sobre los males que podrían causar las agresiones simbólicas cuando lanzamos palabras como dagas: Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo. He aquí nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y dirigimos así todo su cuerpo. Mirad también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde el que las gobierna quiere. Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego! (capítulo 3, versículos 2 al 5).

Es innecesario el cotidiano recordatorio presidencial de la devastación dejada en el país por los desgobiernos de Fox, Calderón y Peña Nieto. Fueron administraciones desastrosas, saturadas de corruptelas y creciente impunidad para quienes usufructuaron el poder. Frente al hartazgo de la mayoría y la esperanza para salir del abismo representada por López Obrador, fue que la ciudadanía se volcó electoralmente en su favor. Tiene una legitimidad y capital político contundentes. Por lo mismo, invertir la una y el otro en exhibir la herencia maldita que le dejaron, cuestión inobjetable y sabida, significa malgastar tiempo y energías que debieran ser canalizadas en acciones de gobierno que hagan disminuir los flagelos causados por otros.

El constante uso del micrófono desgasta incluso al mejor conferencista o expositor. El Presidente tiene suficientes tablas para mantener atentos a reportero(a)s que cubren sus conferencias de prensa. Dichas tablas resultan más evidentes cuando hace uso de la palabra frente a quienes se hacen presentes en eventos que preside. En cuanto a las cotidianas conferencias mañaneras sería preferible proporcionar en ellas datos y cifras bien sustentados, lo mismo que hacer a un lado preguntas insustanciales y no entrar en terrenos declarativos más bien frívolos. ¿Acaso era imprescindible que AMLO le hiciera eco al insulso cuestionamiento hecho por una reportera sobre Juan Gabriel, quien vive, según su representante? A lo que respondió: Es una persona que, esté vivo o muerto, es una persona excepcional. Fue un gran artista. Es amor eterno.

Las críticas, si saben aprovecharse, robustecen y no necesariamente son dardos envenenados. Porque bien lo dice Proverbios: El hierro se afila con el hierro, y el hombre en el trato con el hombre (27:17, Nueva Versión Internacional).