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La ciencia ficción, una realidad: develan el retrato del primer hoyo negro en la historia

Unos 200 expertos de 20 países, incluido México, reunieron datos de ocho equipos del proyecto Telescopio del Horizonte de Eventos

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▲ Radiotelescopio en Mauna Kea, Hawai, que participó en la red mundial.Foto Ap
 
Periódico La Jornada
Jueves 11 de abril de 2019, p. 2

Washington. Los científicos revelaron el miércoles la primera imagen lograda de un agujero negro, evidente gracias a sus bordes tórridos y sombríos en los que la luz se curva sobre sí misma, como en una fantasía cósmica.

Al reunir los datos recogidos por ocho radiotelescopios de todo el mundo, los astrónomos crearon la imagen que en realidad muestra el entorno de un agujero negro supermasivo, los monstruos absorbentes de luz del universo de los que habló Albert Einstein hace más de un siglo y que confirmaron los observadores durante las décadas siguientes.

La masa de este agujero negro es la de nuestro Sol multiplicada por seis mil millones.

Hemos visto lo que creíamos que era imposible de ver. Hemos visto y fotografiado un agujero negro. Aquí está, afirmó Sheperd Doeleman, de la Universidad Harvard y líder de un equipo de unos 200 científicos de 20 países, mientras se develaba la imagen de un anillo en llamas anaranjado y negro.

El primer monstruo cósmico en haberse dejado captar fue detectado en el centro de la galaxia M87, a unos 50 millones de años luz de la Tierra. Una distancia difícil de imaginar, admite Frédéric Gueth, astrónomo y director adjunto del Instituto de Radioastronomía Milimétrica (IRAM) en Europa, participante en la investigación.

La imagen fue realizada gracias a una colaboración internacional llamada Telescopio del Horizonte de Eventos (EHT, por sus siglas en ingles), que agrupa a casi una decena de radiotelescopios en el mundo, desde Europa hasta el Polo Sur, pasando por Chile y Hawai.

Combinando esos equipamientos, como si fueran pequeños fragmentos de uno gigante mediante una técnica llamada interferometría, los astrónomos pudieron disponer de un observatorio virtual del tamaño de la Tierra, con el que se podría leer desde Nueva York un periódico abierto en París, según Gueth.

La imagen, ansiada durante muchos años y hasta ahora únicamente simulada en computadora, es objeto de seis artículos publicados este miércoles en la revista Astrophysical Journal Letters. Fue presentada en seis ruedas de prensa simultáneas en el mundo en lugares como Bruselas y Santiago de Chile.

Es que si bien se habla de los agujeros negros desde el siglo XVIII, ningún telescopio había logrado observar en directo uno de estos misteriosos objetos del cosmos y aún menos su retrato.

¡Pensaba que nunca iba a ver uno verdadero en mi vida!, señaló a Afp el astrofísico francés Jean-Pierre Luminet, autor de la primera simulación digital de un agujero negro, en 1979.

La Tierra contenida en un dedal

Un agujero negro es un objeto celeste que posee una masa extremadamente importante en un volumen muy pequeño, como si la Tierra estuviera contenida en un dedal. Son tan masivos que ni la materia ni la luz pueden escapar, por lo cual no se pueden ver.

La primera observación del grupo de radiotelescopios se realizó el 5 de abril de 2017. Los ocho observatorios del EHT, entre éstos el de IRAM (en España), y el potente radiotelescopio ALMA de Chile, detectaron dos agujeros negros: Sagitario A*, en el centro de la Vía Láctea, y su congénere de la galaxia M87.

La ciencia ficción se ha convertido en ciencia realidad, declaró la física Avery Broderick, de la Universidad de Waterloo y una de las descubridoras.

Jessica Dempsey, otra descubridora y subdirectora del Observatorio del Este Asiático en Hawai, afirmó que le recordaba el poderoso Ojo Ardiente de Sauron de la trilogía El señor de los anillos.

A diferencia de los agujeros negros menores, producto del colapso de estrellas, los supermasivos son de origen misterioso.

Situados en el centro de la mayoría de las galaxias, incluida la nuestra, son tan densos que nada, ni siquiera la luz, escapa a su atracción gravitatoria. El horizonte de eventos, el punto sin retorno, desde donde la luz y la materia se precipitan inexorablemente al abismo, es tan grande como nuestro sistema solar.

Hace tres años, astrónomos provistos de un sistema de observación extraordinariamente sensible escucharon el ruido de dos agujeros negros mucho más pequeños que convergían para generar una onda gravitatoria, tal como había pronosticado Einstein. La nueva imagen agrega luz al sonido.

Los científicos que no participaron del proyecto insinuaron que la hazaña podría ser digna de un Premio Nobel, como sucedió con el descubrimiento de la onda gravitatoria.

Mientras mucha materia en torno de un agujero negro cae en una espiral de muerte y jamás se le vuelve a ver, la nueva imagen capta gas y polvo que circulan a suficiente distancia para estar a salvo y que se les vea millones de años después desde la Tierra, precisó Dempsey.

La imagen tomada a lo largo de cuatro días, cuando los astrónomos debían contar con tiempo perfecto y todas las estrellas alineadas, ayuda a confirmar la teoría general de la relatividad de Einstein, puntualizó Dempsey. El gran físico incluso pronosticó la forma simétrica que se ha observado, añadió.

Es circular, pero la luz es más brillante de un lado, explicó Dempsey. Eso se debe a que esa luz se aproxima a la Tierra.

El proyecto costó entre 50 y 60 millones de dólares, de los cuales 26 millones provinieron de la Fundación Nacional para la Ciencia.