Opinión
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Isocronías

Tres poemas

Y

o tuve una vez, un día, / por un momento en mi mano / un instante soberano / y fue eterna mi alegría. / El infinito nacía / en cada punto y sentí, / no sé cómo, que era en mí / que todo hallaba su centro. / Me dije adiós, fui a mi encuentro, / y contento en mí volví.

Se me cayó una muela, completita, / pero eso ya pasó, fue ayer, qué importa. / ¿De menos una muela el sueño quita? / Pues no me lo quitó. La vida es corta, // se sabe, y bien dormir es saludable. / La olí, la muela, sí, qué feo que olía. / La enterré junto a un cactus memorable / y de ella me olvidé por todo el día. // Ahora la recuerdo. Despedirse / aparte de educado es necesario. / Poco a poco de sí hay que desasirse, // decirse adiós sin aires de calvario. / Adiós, muelita, adiós, en paz descansa; / más temprano que tarde se te alcanza.

En su rostro se mira el suicidio del padre. / Serán figuraciones mías, pero no, no lo creo. / Su mirar, siempre digno, siempre triste, / con una lejanía que es, extrañamente, buena cercanía. / ¿En su calidez hay algo de frialdad? No, no, de frío. / Frío que impone distancia, respeto / a la llama que oculta, venerada. / Alguna vez el viento atravesó corriendo / junto a la bicicleta de su padre, quien pedaleando sonreía. / Alguna vez fue niña, alguna vez fue joven. Lo recuerda / primero cabizbaja; levanta luego la cabeza, mira de frente. / Lágrimas no parece que sus ojos tengan, pero se ve que ha llorado. / Esa mirada tiene, la de que ha llorado. / Es firme y frágil, más firme que frágil, pero frágil, / y de momentos / más frágil que firme, pero firme. / Es alta, no muy alta, / mas su mirada es alta y aunque clara es profunda. / Algo de cañaveral conserva en su cabellera, larga y rojiza, / algo del dulzor cuando la quema de la caña en el viento anda / y de esas cenizas / en sus ojos conserva. / Se planta bien y sabe ser flexible. / Tiembla cuando habla. / Es firme y frágil, como la llama, como la vida, / como la rememoración, un poquito quebrada, de su vida.

Textos que en agradecimiento, luego de la presentación de José Manuel Vacah y acompañado por la guitarra y voz de Yahir Durán, leí el domingo 25 en Lagos de Moreno tras recibir el Premio Francisco González León. Gracias organizadores, poetas participantes en el encuentro que enmarca el reconocimiento, y asistentes en general.