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El 18 de marzo nos presenta aspectos contradictorios
L

os gobernantes anteriores al actual tuvieron en sus manos caídas más que sensibles de la producción del petróleo casi continuas. El descenso ya durante el presente sexenio se prolongó hasta principios de marzo y siguió durante unos días más hasta un millón 660 mil barriles diarios, para luego lograr una ligera alza.

Desde 2004 cuando se llegó a una producción máxima, los gobiernos reaccionarios llevaron la extracción del petróleo casi a la mitad.

Durante las últimas semanas se ha buscado la intervención de empresas transnacionales para construir una séptima refinería en el Puerto de Dos Bocas en el municipio de Paraíso, Tabasco.

Las seleccionadas fueron Bechtel-Techint y Worley Parsons-Jacobs, así como las firmas denominadas Technip y KBR.

Los nombres de las empresas antes mencionadas, fueron publicados en algunos medios de comunicación, donde se evidenció que la unión de las MW Kellog y Brown & Root, habían pertenecido, previamente, al consorcio Halliburton.

En 2013, primer año completo del gobierno de Enrique Peña Nieto, se adjudicó a Technip un contrato para modernizar una de las unidades de conversión de la refinería en Cadereyta, Nuevo León.

No queda claro si las invitaciones a este grupo de compañías se basan en la supuesta honestidad y experiencia en cuanto a todo tipo de gestiones para la construcción. El plazo que éstas proponen sería de tres años.

Sin embargo, lo que sí está claro son las sospechas que éstas han levantado por sus antecedentes de corrupción. El consorcio Worley Parsons-Jacobs, y las empresas Technip y KBR, están vinculadas a una larga lista de hechos que las relacionan a licitaciones fraudulentas. Otra empresa involucrada en estos manejos poco claros es la Techint, por ser aliada de la firma Odebrecht.

Un caso más: en 2013 la empresa Worley Parsons-Jacobs ganó una demanda en contra de Petróleos Mexicanos (Pemex) por incumplimiento de contratos. Sin embargo, cinco años después, se vuelve a invitar al consorcio estadunidense para que participe en la construcción de uno de los proyectos más importantes para nuestra nación.

Por otra parte, las empresas que ya han sido contratadas previamente para la construcción de otras refinerías, fueron muy lentas en sus procesos, tardaron en construir hasta 10 años. Sería importante que las compañías ganadoras de las licitaciones hayan comprobado su capacidad de hacer el trabajo en un lapso de tres años como lo afirman. Que demuestren con obras hechas anteriormente que sí son capaces de cumplir en tiempo y forma.

Pemex seleccionó a las mejores empresas del mundo en construcción de refinerías, aquellas que demostraron tener una amplia experiencia en la ejecución de este tipo de obra, capacidad técnica y solvencia economía, calidad, con antecedentes y prácticas de operación transparentes, y además con códigos de ética y responsabilidad comprobados.

La aseveración anterior tendrá que ser respaldada por los resultados que las empresas licitadas entreguen.

Para celebrar la recuperación de la paraestatal petrolera, tal vez debiera entregarse la nueva refinería, en la fecha emblemática del 18 de marzo, dentro de tres años.