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El canto de Concha Buika y Ely Guerra, entre otras, marcó la Cumbre Tajín

Sones jarochos, boleros y canciones románticas resonaron en la fiesta de Papantla

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▲ La cantante María León también estuvo presente en Veracruz.Foto cortesía de la Cumbre Tajín
Enviada
Periódico La Jornada
Domingo 24 de marzo de 2019, p. 9

Papantla, Ver., El canto de las mujeres impregnó de fuerza y alegría la Cumbre Tajín en su 20 aniversario, Volando alto. El ying y el yang se hicieron presentes, y las dualidades resurgieron durante el Festival de la Identidad.

Desde los festivos sones jarochos de Caña Dulce y Caña Brava hasta el bolero y la canción romántica, con Eugenia León y Ely Guerra, fueron un desahogo para los bohemios, quienes pasaron una tranquila velada, tal vez, con el fin de guardar energía para la explosiva noche de este sábado, cuando aparecería la banda Molotov.

En el Nicho de la Música, en el Parque Takilhsukut, también la noche del viernes, Tonana interpretó lo mejor de su repertorio y Concha Buika encantó con su voz al público, a la vez que pugnó por la felicidad de las mujeres. La fuerte presencia de Buika impactó, al igual que sus canciones, las cuales calaron en el alma y ánimo de sus seguidores, que hacían coro a cada una de sus letras.

La cantante tuvo que dejar el escenario, ya ambientado para León y Guerra.

Me encanta el colorido, dijo uno de los asistentes, que, sentado en el Nicho de la Música, veía a las cinco integrantes de Caña Dulce y Caña Brava con sus vestidos multicolores; ellas trasmitían una espontánea felicidad, mientras cantaron, tocaron sus instrumentos, zapatearon o versaron. Las guitarras, las jaranas, el violín y el arpa derrocharon notas y provocaron festivas canciones.

Antes, la Orquesta Sinfónica de Xalapa, de la Universidad Veracruzana, que este año celebra su 90 aniversario, abrió el programa y dejó el Nicho de la Música con ambiente gracias a los mambos, danzones y al Huapango que ejecutó con la destreza y calidad que caracteriza a esta agrupación, considerada la más antigua de música clásica en México.

Bajo la batuta de Lanfranco Marcelletti, los músicos tocaron más tiempo del previsto, porque a petición del público, se fue ampliando el programa. No pudieron despedirse hasta que se escucharon las notas del Huapango de Moncayo. De esto y más somos capaces, dijo el dinámico director, quien gozó y recibió con agrado los aplausos.

Ayer, la Cumbre Tajín ya estaba a tope desde mediodía. La diversión y entretenimiento se expresaban en talleres, áreas verdes, las casas de las artes, la Plaza del Volador, las actividades musicales y en los puntos de ventas de comida, bebidas o recuerdos.

Se inició una multitudinaria fiesta que se prolongará hasta pasada la medianoche con Molotov, a quienes antecederán, en los eclécticos conciertos nocturnos, Los Cojolites, Little Jesus y División Minúscula.