Economía
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82 Convención Bancaria
Vive México un cambio brusco en la forma de impulsar el crecimiento

La solidez de la banca mexicana es a prueba de balas

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▲ El sistema bancario mexicano es de los más sólidos del mundo, asegura Marcos Martínez Gavica, presidente de la ABM.Foto Cristina Rodríguez
 
Periódico La Jornada
Jueves 21 de marzo de 2019, p. 19

México vive un cambio brusco en la forma en que el gobierno busca promover el crecimiento. Se vale matar las pulgas de diferente manera, sólo hay que hacerlo con cuidado, expresa Marcos Martínez Gavica, presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM). El sistema bancario, anticipa, se ha planteado la meta de que, al término de la actual administración en 2024, el crédito sea equivalente a 50 por ciento del tamaño de la economía.

El nuevo gobierno ha tomado la decisión de emprender un camino diferente al anterior para lograr que el país crezca y que la gente reciba los beneficios de ese crecimiento. Pero el cambio es tan brusco y ahora estamos en un momento de transición, dice en entrevista con La Jornada, en el marco de la 82 Convención Bancaria, que se realiza este jueves y viernes en Acapulco. En este encuentro, Martínez Gavica entregará la estafeta como dirigente de la ABM a Luis Niño de Rivera, presidente del consejo de Banco Azteca.

La convención, que será clausurada el viernes por el presidente Andrés Manuel López Obrador, se realiza en un momento en que el sistema bancario es de los más sólidos del mundo en cuanto a su capital, asegura Martínez Gavica, también presidente del consejo de Santander. La solidez de la banca mexicana es a prueba de balas, sostiene.

–¿Algún riesgo en el horizonte para el sistema bancario?

–De momento no lo vemos. Las cosas van bien, caminando sin ningún problema. Si la economía se desacelera, también lo harán el crédito y el ahorro. Hay una relación directa. Ya llevamos 16 años de crecimiento. El crédito bancario ha crecido entre 1.7 y 2 veces lo que ha hecho la economía, medidos ambos en términos reales. Si el país crece 4 por ciento en promedio, como es la expectativa del nuevo gobierno, pues vamos a crecer muchísimo.

Si el país crece de acuerdo con la expectativa que está marcando la nueva administración, es posible que, al término del actual gobierno, el crédito sea equivalente a 50 por ciento del producto interno bruto, dice. Actualmente, esa proporción es de 37 por ciento. Ello implicará incorporar a 30 millones de personas a los servicios bancarios formales, atender a 250 mil pequeñas y medianas empresas más y que el crédito al consumo aumente entre 14 y 15 por ciento”.

–¿Cómo ve el panorama para el mediano plazo?

–No tengo muy claro cuál puede ser el panorama final. El nuevo gobierno ha tomado la decisión de emprender un camino muy diferente para lograr que el país crezca, que crezca de otra manera y que la gente reciba los beneficios de ese crecimiento. Pero el cambio es tan brusco y estamos en un momento de transición. Si quieren matar las pulgas de esta forma, que se vale, pues que lo hagan con cuidado y lo hagan bien. Si lo hacen con cuidado, bien y lo tienen claro, pues entonces nada más habrá sido una forma distinta de llevar al país al mismo destino que todos los gobiernos buscan, que es mayor crecimiento y bienestar para los mexicanos.

–¿Se están deteniendo algunos proyectos e inversiones?

–Sí vemos proyectos detenidos, pero ni siquiera por parte de los inversionistas, sino que son detenidos por el gobierno. Vemos una actitud de espera, de ver cuáles van a ser las decisiones siguientes. De momento no veo que la inversión esté frenada porque a los inversionistas haya algo que no les esté gustando. México sigue siendo tan atractivo como lo ha sido en los últimos años.

Hay, dice, muchas expectativas respecto del nuevo gobierno. Por eso hay que ser tan cuidadosos. El gobierno es consciente de la responsabilidad que tiene con la expectativa que ha generado. Yo no la veo, incluso, como expectativa, sino como una esperanza; es una ilusión que tiene mucha gente de que las cosas pueden ir mejor con las medidas que está tomando éste nuevo gobierno. Esas expectativas contrastan con la opinión que están dando inversionistas y analistas, ¿Cómo medias estas cosas? Es un reto complicado, pero es el reto más importante al que se está enfrentando este gobierno.

–¿De qué manera influye en la actividad de los bancos, empresas y consumidores el mensaje del nuevo gobierno en el sentido de que ahora se harán diferentes las cosas en la política económica?

–En la parte macroeconómica, respecto de las finanzas públicas y sus principales indicadores, hay consistencia. Se están respetando los principios que desde hace 20 años le han dado muy buen resultado al país. Esas cosas ayudan para que luego logren sus objetivos en un ambiente de estabilidad.

–¿Cuál es en este momento el papel que debe jugar la banca?

–Ser un catalizador, el mejor aliado de las familias, de las empresas y del gobierno; apoyar sus proyectos para que logren sus objetivos.

–¿Cuál es su balance de los dos años que encabezó la ABM?

–Cumplimos los objetivos pedidos al comité directivo. Logramos una muy cordial relación con las autoridades que nos permitió que el sistema evolucionara en forma muy sana. Y que la regulación, aunque muy estricta, nos permitiera seguir haciendo bien nuestro trabajo. Tenemos el mejor de los mundos: muy buenos reguladores, muy buena regulación y una banca que ha podido desempeñarse bien.

–¿Qué espera de la regulación que se prepara en el Congreso sobre las comisiones que cobran los bancos a sus usuarios?

–Espero muy buenos resultados. No hemos acabado, pero es un hecho que hemos avanzado mucho y bien. El inicio fue sorpresivo y hasta agresivo. En el momento en que nos sentamos y todo mundo entendimos de qué estábamos hablando pudimos demostrar que la banca internacional que opera aquí tiene ingresos por comisiones menores que en sus casas matrices; segundo, que la tendencia de las comisiones en nuestro país ha sido a la baja durante los pasados 12 o 13 años y, tercero, que somos uno de los sistemas financieros cuyo cobro de comisiones es de los más bajos, comparados especialmente con los de las casas matrices. Está en el interés nuestro tener buena imagen y buenas prácticas. Una vez que hemos estado alineados, trabajamos junto con el Senado, el Banco de México y la Secretaría de Hacienda tratando de sacar un acuerdo que beneficie a la clientela. Y vamos muy bien.