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Miguel Bosé se niega a declarar contra su madre en juicio
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▲ Lucía Bosé respondió preguntas de los reporteros al salir de los juzgados. Estoy tranquila y feliz, expresó.Foto Ap
 
Periódico La Jornada
Viernes 8 de marzo de 2019, p. a10

Madrid. El cantante Miguel Bosé se acogió ayer a su derecho a no declarar contra su madre, Lucía Bosé, en el juicio en el que se le acusa de apropiarse indebidamente y luego vender por casi 200 mil euros un dibujo que Picasso regaló en 1963 a Remedios de la Torre, su trabajadora doméstica, con la inscripción “Para Reme”.

En una videoconferencia desde México, Miguel Bosé, quien fue citado como testigo, se acogió al derecho a no declarar después de que la magistrada se lo recordara. No voy a declarar nada contra mi madre. Muchas gracias.

Las demandantes son las sobrinas de Remedios, su antigua empleada del hogar, quienes mantienen que la actriz italiana no les entregó el dibujo ni el importe que ganó con la venta cuando su tía murió.

Lucía asegura que su empleada le regaló esta obra a su hijo Miguel, por lo que no habría infringido la ley al venderlo por 198 mil 697 euros hace años en una subasta.

Lucía Bosé se enfrenta a la petición de la fiscalía de una pena de dos años de prisión y una multa de ocho meses con una cuota diaria de 20 euros, además de la correspondiente indemnización para la persona perjudicada.

Tras la comunicación con Miguel Bosé, el juicio entró en su última fase, las conclusiones. La fiscal tomó la palabra para exponer que considera probado la apropiación indebida, porque la única prueba que hay concreta y objetiva es que el dibujo fue regalado por el pintor malagueño a Remedios, por la dedicatoria. Es la prueba fundamental, declaró.

Además, señaló que durante el juicio no se ha materializado ninguna prueba sobre una supuesta donación de la empleada doméstica a Lucía Bosé, por lo que “hay apropiación indebida y perjuicio a los herederos (de Reme) y su obligación era devolverlo”.

Por su parte, una de las acusaciones particulares, que se ha adherido a las conclusiones del fiscal, dice que Remedios era una analfabeta funcional, que no entendería lo que era una donación y que era fácilmente manipulable por la señora Bosé.

El letrado también acusó a Lucía Bosé de actuar de mala fe porque la familia de Remedios reclamó en dos ocasiones “de forma detallada y no a posteriori” que devolviera el cuadro, pero no lo hizo.

El abogado de la otra acusación particular, que también se adhirió a las conclusiones de la fiscal, criticó que la casa de subastas en la que fue vendido el dibujo no acreditara su propiedad antes y ve contradicciones en que hablaran de un regalo a Miguel Bosé y luego dijeran que era patrimonio familiar.

Argumentos de la defensa

La defensa, por su parte, no ve ánimo de lucro y esgrime que en aquella época, 1963, eran constantes los regalos y dedicatorias entre el pintor malagueño y la familia Bosé. Aseguró que en la herencia de Remedios no aparece el dibujo. Además, apuntó que en las casa de subastas son habituales las ventas con dedicatorias.

Lucía Bosé declaró que durante el juicio “se han dicho muchas mentiras. La Tata ni lo cogió, ni lo tocó. ‘Quédese usted con él’, me dijo. Estaba el torero delante, Picasso, yo y los niños. ¿Cómo voy a robar un cuadro? Me parece injusto cómo pueden llamarme ladrona. La familia (de Remedios) nunca se ocupó de nada de ella y ni fueron al entierro, que organizó Miguel”.

A la salida de los juzgados y a preguntas de los periodistas, Lucía Bosé dijo que se encuentra tranquila y feliz. Me encantaría que me llevaran presa, dijo con ironía. Las denunciantes no quieren hacer declaraciones a los medios.