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Analizan publicar el volumen dos de Bajo la sombra de la historia, de Del Paso

Rinden homenaje al escritor fallecido el 14 de noviembre pasado

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▲ Participaron en el homenaje la poeta Carmen Villoro, los hijos del escritor, Paulina y Alejandro del Paso, en la imagen, y el investigador Héctor Iván González.Foto Guillermo Sologuren
 
Periódico La Jornada
Lunes 4 de marzo de 2019, p. 8

La familia de Fernando del Paso (1935-2018) analiza publicar de manera póstuma el segundo volumen de Bajo la sombra de la historia: ensayos sobre el islam y el judaísmo, que el autor dejó inconcluso debido a la enfermedad que lo aquejó hasta su fallecimiento, acaecido el 14 de noviembre de 2018.

Así lo anunciaron Paulina y Alejandro del Paso, hijos del escritor jalisciense, durante el homenaje que se le rindió la noche del sábado dentro de la 40 Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería.

Comentaron que para la elaboración de esa magna obra, cuyo primer volumen fue publicado en 2011 por el Fondo de Cultura Económica (FCE), Fernando del Paso leyó al menos 700 libros y que el primer tomo cuenta con cerca de 250 páginas de referencia.

Uno de los mayores retos que tuvo mi padre fue actualizar y en ciertos momentos rescribir el segundo tomo, debido a que fue una época con muchos cambios en Medio Oriente, explicaron.

Pero le vino una primera isquemia, que no le causó tantos problemas sicomotrices pero sí una depresión que le impedía trabajar. Logró reponerse y siguió trabajando; le gustaba hacerlo muy temprano; le gustaba la paz de la mañana. Le vino entonces la segunda isquemia, perdió la voz y muchas facultades sicomotrices.

El homenaje a Fernando del Paso fue una celebración a su persona y su obra. Contó con la participación los mencionados hijos del escritor, así como de la escritora y poeta Carmen Villoro y el escritor e investigador Héctor Iván González.

Paulina y Alejandro del Paso hablaron de esa parte íntima y familiar del escritor jalisciense, de su profundo compromiso con la literatura y el tiempo y esfuerzo que dedicó a la escritura de sus tres novelas mayores: José Trigo, Palinuro de México y Noticias del imperio, sin que ello implicara dejar de lado sus obligaciones laborales para llevar el pan a casa ni descuidar su faceta como padre.

Cuanto estuvimos en Londres trabajaba en la BBC tres noches seguidas y descansaba otras tantas. Llegaba a casa, dormía un poco y luego se ponía a escribir. Esa es la parte que nosotros llevamos, sabemos de sus esfuerzos y sacrificios, cómo trabajaba arduamente y cómo seguía siendo padre y nos sacó adelante como familia, refirió Alejandro.

Paulina leyó un texto que escribió en 2008 y en el que reveló esa faceta íntima de su padre, al que definió como divertido, emprendedor, fuerte y luchador, como si no hubiera pasado por dos cánceres, un ataque cardiaco, más de 15 operaciones y un tobillo fracturado, el cual lo obligó a estar en cama dos meses.

Sostuvo que Fernando del Paso seguido estuvo al borde de la muerte, coqueteando con ella, como si esa cercanía al vacío le fuera necesaria para la creación. Y digo vacío porque mi papá no cree en Dios, ni en el cielo. ¡Si en la tierra ya no cabemos, mucho menos en el cielo!, agregó.

Entre otras confidencias, la artista visual y cineasta contó que la copia única del manuscrito de Noticias del Imperio estuvo a punto de perderse para siempre cuando el autor lo dejó olvidado por unos minutos en la banqueta de una estación de trenes en París.

Con cariño, lo rememoró asimismo como una persona necia, exigente y distraída a la cual fue imposible convencer de usar Internet y que detestaba las groserías, las faltas de ortografía y las malas traducciones. También era profundamente trabajador, divertido, travieso, pero por encima de todo un ser humano y un padre amoroso, destacó.

Directora de la Cátedra Fernando del Paso en la Universidad de Guadalajara, Carmen Villoro consideró al escritor como ejemplo de esa especie superior llamada homo ludens y resaltó su creatividad y capacidad de colorear el mundo en todas las esferas de la vida, desde la elección de su vestimenta.

A su decir, toda la obra del artista, su escritura y su pintura, el dibujo y su gusto por las ciencias y la historia, fueron una celebración de vida y por mucho tiempo una victoria sobre la muerte.

Hector Iván González lo ubicó como un un autor alejado de toda escuela literaria, inclasificable en el contexto mexicano, maestro de maestros, hombre de letras en el más alto de los grados posibles.