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Hace medio siglo, en Londres el tiempo se detuvo en una azotea

John, George, Paul y Ringo sesionaron por última vez para filmar Let it be

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▲ Los técnicos que filmaban el recital batallaron con el aire frío inglés, mientras McCartney (izquierda), Lennon y Harrison (Starr, atrás, en la batería) tocaban en la azotea de sus estudios.Foto tomada de la página www.thebeatles.com
 
Periódico La Jornada
Jueves 31 de enero de 2019, p. 9

Era un jueves helado y con fuerte viento que complicaba a los ingenieros de sonido colocar micrófonos, amplificadores y el resto del equipo; mientras, los integrantes de la banda peleaban entre sí.

No estaban conformes con lo que iban a hacer, pese a que durante varios días habían hablado del tema. Hubo quien sugirió presentarse en las pirámides de Guiza, en Egipto; tocar en algún estadio vacío, en un barco a la mitad del Atlántico… ¿pero en el techo de la sede de su propio sello de grabación? Casi ninguno lo consideraba ideal para la filmación de la película Let it be.

La idea tampoco era nueva. Jefferson Airplane había tocado el 19 de noviembre de 1968 en el techo de un hotel en Nueva York. ¿Entonces? Más parecía que habían decidido salir del atolladero e irse cada quien a casa, lejos de sus compañeros, con quienes tenían tanto éxito pero que cada vez soportaban menos.

Allí estaban The Beatles y toda la parafernalia, enfriándose en la parte superior del edificio ubicado en el número 3 de la calle Savile Row, sobre tablones de madera colocados sólo para ellos y acompañados por los técnicos que batallaban con los siete grados del clima londinense, el malhumor y el hastío de los músicos.

Los acompañaba el pianista estadunidense Billy Preston, tecladista, quien trabaja con ellos desde hace unas semanas luego de que su amigo George Harrison –integrante del cuarteto– lo reclutó para colaborar en el disco y en la gira Get Back, que luego cambiaría de nombre a Let It Be.

Preston actuó en esta película y en Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band; después tocaría con Harrison en El concierto para Bangladesh que el guitarrista organizó a beneficio de las víctimas de la guerra civil de ese país.

Observadores

Detrás, tratando de evitar el viento helado, los observaban la misteriosa Yoko Ono y Maureen Starkey, esposas de John Lennon y Ringo Starr, respectivamente; algunos empleados de Apple, como Chris O’Dell y el entonces técnico de sonido Alan Parsons, además de Ken Mansfield, gerente de Apple Records en Estados Unidos.

Tres Beatles estaban vestidos de negro: Ringo Starr, quien también usó el abrigo naranja de Maureen; John Lennon, con tenis blancos y un abrigo café de pieles de Yoko; Paul McCartney, barbón, con camisa blanca, zapatos de vestir y un simple saco oscuro, fue quien permaneció menos cubierto durante los 42 minutos que duró la tocada.

Sólo George vestía de colores: tenis azules con blanco, pantalones verdes y camisa roja, pero su abrigo invernal era negro.

Del lado derecho, junto a la puerta, Billy Preston todo de negro y con chamarra de piel, parecía disfrutar el momento.

A Michael Lindsay-Hogg le tocó realizar la grabación. Cineasta, documentalista, director de teatro, productor, pionero en videos musicales y el encargado de filmar Let it be.

La lista de temas estaba decidida: Get back, Don’t Let Me Down, I’ve Got a Feeling, One After 909 y I Dig a Pony (All I Want Is You), que se interrumpió porque Lennon no recordaba su propia letra.

Brevemente interpretaron su visión del himno nacional británico; luego, versiones de los temas anteriores. Fue su última aparición juntos; mientras, en los alrededores, decenas de personas se agolpaban en las calles, los balcones y edificios para escuchar.

Era la hora de comer, muchas personas salían de sus oficinas. Las cámaras grababan a adultos con bombín y pipa, chicas en minifalda, hombres con trajes oscuros o grises, jóvenes que brincaban y saludaban, muchos curiosos. El tránsito se detenía por momentos. Se esperaba esa reacción, y muchos fueron entrevistados.

Como siempre, hubo inconformes: comerciantes, banqueros y sastres de la zona se quejaron con las autoridades del excesivo ruido y la multitud.

Policías entre el público

Al lugar fue enviada una camioneta de la que bajaron agentes coloquialmente llamados Bobbies. Varios entraron al edificio y tres subieron al techo; hablaron con Mal Evans, el encargado de la seguridad, pero no interrumpieron el concierto: se quedaron escuchando hasta el final.

Después de esos 42 minutos de música en vivo y gratis, Lennon tomó el micrófono: Me gustaría darles las gracias en nombre del grupo y a nosotros mismos. Espero que hayamos pasado la audición. Era el 30 de enero de 1969.

Esta fue la última aparición pública de The Beatles antes de que se separaran. En septiembre de ese mismo año el grupo lanzó el disco Abbey road y no volvió más.

El álbum Let It Be, en el que trabajaron los cuatro durante dos años, salió a la venta hasta 1970.

En noviembre de 2018 Mansfield publicó The Roof. The Beatles Final Concert, libro con la historia de la banda desde sus inicios en Capitol Records hasta su presencia en esa azotea; él definió este concierto que pasó a la historia como el Rooftop Concert (Concierto en la azotea) como sólo un día más en la oficina.