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Penultimátum

El príncipe heredero de un régimen déspota

E

s un gobierno despótico que viola impunemente las libertades fundamentales. En Arabia Saudita la numerosa familia real y sus más íntimos son dueños de la riqueza obtenida de los enormes yacimientos de hidrocarburos que posee y lo convierten en el mayor exportador de petróleo del mundo.

También se sabe que, junto con Israel, es el fiel aliado de Estados Unidos en Medio Oriente. Pero todo tiene un límite. Y ese lo marcó el salvaje asesinato en el consulado de Arabia Saudita en Estambul del periodista Jamal Khashoggi, colaborador del influyente The Washington Post y severo crítico del régimen que preside el rey Salmán.

Todo indica que el asesinato lo ordenó Mohamed bin Salmán, el poderoso hijo y heredero del rey y a quien suelen presentar como partidario de abrir Arabia Saudita a la economía, la cultura y el entretenimiento. Sin embargo, hasta el Congreso de Estados Unidos pidió que Trump no vendiera más armas a su aliado luego de conocer el informe de su agencia de espionaje, la CIA, con todos los detalles del asesinato de Khashoggi, En igual sentido se pronunciaron diversos gobiernos, en especial los europeos. Y Turquía, que exige, sin éxito, la entrega de los autores materiales del crimen.

España, conveniente aliado comercial

Pero en vez de restarle influencia al que mandó asesinar al periodista, el rey reforzó los poderes del príncipe Mohamed. Y en paralelo, amainan las críticas al régimen saudita por las grandes potencias. El motivo principal: le venden miles de millones de dólares en armamento o construyen trenes rápidos, como es el caso de España.

Cabe señalar que durante la Cumbre del Grupo de los 20, celebrada en Buenos Aires en diciembre pasado, la inmensa mayoría de los asistentes evitó aparecer al lado del príncipe heredero. Sin embargo, Juan Carlos, rey emérito de España, fue a Arabia Saudita y posó con él. Quizás en agradecimiento por acrecentar su fortuna personal con los negocios que hizo con la familia real saudí.

En este siglo han asesinado en México a 133 periodistas.