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Adelia Sayeg rinde homenaje a su linaje femenino en la muestra Machama

Destaca la instalación Senos de obsidiana, 254 pechos que representan a siete generaciones

 
Periódico La Jornada
Viernes 4 de enero de 2019, p. 5

Machama, exposición de la pintora y ceramista Adelia Sayeg (Ciudad de México) en el Museo Anahuacalli, es un homenaje a su linaje femenino con raíces en Medio Oriente. Mi madre es la primera generación de mujeres nacidas en México, expresa la artista a la vez que añade que en su familia fueron las mujeres las que emigraron.

Las que tuvieron que treparse al barco y ser las fuertes fueron mi abuela y bisabuela. Desde pequeña se me quedó esa nostalgia de mi abuela que añoraba a su país; nunca volvió a ver a su padre, ni a sus hermanos, porque no pudo regresar a su patria.

De alguna forma Sayeg se sintió en deuda de devolver algo a sus ancestros femeninos, a muchas de las cuales no se les permitió estudiar ni trabajar; sin embargo, al mismo tiempo fueron mujeres muy poderosas y fuertes en tanto que eran el alma de la familia.

Así surgió la instalación Senos de obsidiana, que consta de 254 pechos que representan las siete generaciones más recientes, es decir 127 mujeres de su linaje, aunque Sayeg sólo haya conocido a cuatro. Sin embargo, dice que desde niña profesa una gran gratitud hacia ellas.

A partir de Senos de obsidiana se desglosa el resto de la exposición compuesta en gran medida por varias instalaciones. Por ejemplo, hay 127 vasijas colocadas a lo largo del museo que vienen a ser una ofrenda a cada una de estas mujeres.

Luego, hay una gran instalación vertical de ramas, de casi siete metros, sobre uno de los nichos del museo, que representa un árbol genealógico, sin tener necesariamente su forma: Aunque todas somos del mismo árbol, cada rama tiene su esencia, historia, cantidad de frutos y de hojas. Es un poco la idea del árbol sagrado.

Ambiciosa exposición

Una ofrenda de 100 vasijas recibe al visitante en la explanada de la entrada del museo. Sobre cada una se ha colocado una rama a manera de sahumerio para hacer sanación.

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▲ Una ofrenda de 100 vasijas recibe a los visitantes en la explanada del recinto ubicado en la colonia San Pablo Tepetlapa.Foto cortesía del museo

Una instalación de 37 metates, unos hechos en cerámica, otros cuyas manos son de ese material, también se remiten al trabajo y la energía femeninas. Es decir, regresan a lo más esencial de la mujer.

Machama, que significa anciana sabia o amada abuela, en náhuatl, es tal vez la exposición más ambiciosa de Adelia Sayeg hasta la fecha, tanto en producción como en significado.

Para la entrevistada, el contenido de la obra juega un papel relevante. Mientras sus vasijas, igual que en el pasado, siempre remiten a vientres sagrados, a úteros, ahora se retoma la belleza de la imperfección.

Explica: Mi estilo es eso: hacer énfasis en la belleza de la imperfección y de que las cosas envejecen con alma en tanto que cada una va teniendo sus propias imperfecciones, retos y heridas. Todo eso hace que la pieza cobre una forma más definida y completa.

Todas las piezas que presenta Adelia Sayeg tienen cerámica, aunque algunas también incorporan textil que en algunos casos está pintado.

Antes de exhibir en el Museo Anahuacalli, recinto creado por Diego Rivera, la expositora no conocía tanto de él, sin embargo, al trabajar la muestra se dio cuenta de que sí hay semejanzas, por ejemplo, al muralista guanajuatense le encantaba la arqueología y de cierta forma muchas personas clasifican mis obras como arqueologías.

Además, le gustaban las cosas rotas y lo orgánico, a mí también. Defendía mucho lo que es el poder y la energía femeninas, y en mi obra me voy mucho a este lado esa energía, que tanto hombres como mujeres tenemos.

La exposición Machama concluye el 7 de enero de 2019 en el Museo Anahuacalli (calle Museo 150, colonia San Pablo Tepetlapa).