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Entierran a George H. W. Bush en Houston; en su legado, el apoyo a la Operación Cóndor, la invasión a Panamá y la Tormenta del Desierto
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▲ Estadunidenses saludan el paso del tren con los restos de George H. W. Bush.Foto Xinhua
 
Periódico La Jornada
Viernes 7 de diciembre de 2018, p. 22

Houston. George H. W. Bush, presidente 41 de Estados Unidos, fallecido el viernes pasado a los 94 años, fue sepultado este jueves junto a su esposa, Barbara, y su hija, Robin, en una ceremonia privada celebrada en esta ciudad, después de tres días de masivos homenajes, a los que se sumaron el mandatario Donald Trump, ex gobernantes estadunidenses y miembros de la comunidad internacional.

Los obituarios convirtieron en heroicos varios de sus actos bélicos e injerencistas como jefe de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés), vicepresidente de Ronald Reagan (1981-1989) y presidente (1989-1993).

Fue aviador durante la Segunda Guerra Mundial y magnate petrolero antes de entrar a la política en 1964 como miembro del Partido Republicano. Sus primeros cargos fueron como embajador de Estados Unidos ante la Organización de las Naciones Unidas y en China.

Encabezó la CIA de enero de 1976 a enero de 1977; desde ahí apoyó activamente a los escuadrones de la muerte de la Operación Cóndor y las dictaduras militares en Sudamérica. Nombró como subdirector a Ted Shackley, implicado en operaciones terroristas en el sureste de Asia y en América Latina, incluido el programa Phoenix en Vietnam y el golpe de Estado de 1973 contra Salvador Allende en Chile.

Sus actividades en la CIA comenzaron desde antes. Bush empezó a trabajar para la agencia en 1960 o 1961, usando sus negocios petroleros como cobertura para sus actividades clandestinas, según un reporte del propio J. Edgar Hoover, director de la FBI, recordó The Nation en su portal.

Como vicepresidente de Reagan viajó en noviembre de 1982 a África, donde criticó la presencia de tropas cubanas para apoyar las independencias de Namibia, Angola y Zambia.

Ya como presidente, el 20 de diciembre de 1989, ordenó la invasión a Panamá con la operación Causa Justa, en una acción no autorizada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para derrocar al general Manuel Antonio Noriega, quien fue llevado ante tribunales en Florida y enviado a prisión por cargos de narcotráfico. Los bombardeos en la capital panameña fueron tan intensos que se registraron 442 explosiones en las primeras 12 horas de la invasión, refirió The Nation. El número oficial de muertos fue de 500, aunque organizaciones de derechos humanos elevan la cifra a miles.

El 2 agosto de 1990 el gobierno de Irak, liderado por Sadam Husein, invadió Kuwait. Bush creó una coalición de 35 países, con la que ejecutó la operación Tormenta del Desierto. Bagdad se retiró de Kuwait cinco meses después y Hussein permaneció en el poder.

Esto fue un antecedente para su hijo, George W. Bush, quien 13 años después, como presidente y con la falsa acusación de que el gobierno de Hussein poseía armas de destrucción masiva, bombardeó la nación petrolera, con saldo de 7 mil iraquíes muertos, según la ONG Iraq Body Count.

La política interna de Bush padre también fue controvertida: profundizó la grave crisis económica heredada por Reagan y saboteó la iniciativas globales estadunidenses para revertir el cambio climático. Firmó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, vetó la legislación de derechos civiles, indultó al neoconservador Elliott Abrams, y hace varios meses fue acusado de acoso por varias mujeres a las que, agazapado en su silla de ruedas, tocó las nalgas sin su consentimiento.