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Los banqueros y la cuarta transformación
L

a iniciativa presentada por Morena en el Senado para regular algunas de las comisiones que cobran los bancos a sus usuarios ha provocado importantes consecuencias. La primera es que los banqueros y sus operadores inmediatamente afectaron las cotizaciones en la bolsa de valores y elevaron el tipo de cambio. Segundo, después de la respuesta del mercado, establecieron contacto con los legisladores y con el presidente electo para demandar que antes de modificar la institucionalidad era indispensable consultarles. Tercero, la presidenta de Morena reaccionó señalando que los legisladores no consultaron y que la iniciativa tenía que reconsiderarse. Y cuarto, AMLO ratificó su compromiso de no hacer reformas al marco regulatorio de la banca e instituciones financieras.

Al margen de estas consecuencias, el tema es de indudable pertinencia ya que alude al funcionamiento de un sector clave de la economía que, como se ha documentado, tiene utilidades extraordinarias. Las filiales mexicanas de bancos globales reportan utilidades por encima de las otras filiales de sus grupos, que se envían a sus matrices. Estos recursos podrían utilizarse productivamente en México. La demanda de divisas que implica esta remisión de utilidades, además, presiona al tipo de cambio. En esta discusión lo fundamental es considerar que estas utilidades extraordinarias no derivan fundamentalmente de la colocación de crédito, sino de fuentes no crediticias: el cobro de comisiones, la intermediación en el mercado de cambios y la tasa impositiva con la que contribuyen.

Para todo lo que sigue, es necesario entender que las reacciones de empresarios y sus voceros fueron las esperables. Las repetirán cuando consideren que se pone en riesgo la forma de funcionamiento de los tiempos neoliberales. Los empresarios esperan que los políticos con responsabilidad ejecutiva, así como los legisladores, operen como voceros de grupos empresariales y no cuestionen su manera de funcionar.

La concepción neoliberal sostiene el dominio de los mercados sobre las decisiones económicas. Para ellos, la política pública corrige las consecuencias sociales de ese funcionamiento económico: es simplemente remedial. La mayoría legislativa sabe ahora cómo reaccionan los empresarios y sus grupos. Tendrá que cuidar las reacciones. Lo que no puede hacer es rendirse ante estas reacciones. La responsabilidad por la caída de la bolsa y las pérdidas cambiarias la tienen los empresarios y sus voceros, no los legisladores.

La reacción de AMLO y de Polevnsky es preocupante. Obligados a reconocer la independencia de los legisladores, en los hechos los desautorizan. AMLO fue más allá al plantear que no es necesario hacer reformas al sistema financiero, porque el crecimiento económico se alcanzará mediante la austeridad y el combate a la corrupción. Introducir reformas al sistema financiero es indispensable. Como hemos sostenido por años y se ha demostrado en diversos estudios, los bancos privados asentados en México contribuyen muy poco al crecimiento del país. Aunque la derrama crediticia ha crecido es absolutamente insuficiente para los requerimientos nacionales. La gestión bancaria es muy rentable por las elevadas comisiones cobradas, muy por encima de las que existen en otros sistemas financieros, como el español o el estadunidense, así como por las bajas tasas impositivas que pagan. No derivan de la operación crediticia.

Es un error el supuesto neoliberal de que la competencia reducirá las comisiones. Los bancos se coluden para normalizar estas elevadas comisiones. Corregirlo es obligación del Estado: de los legisladores y del Poder Ejecutivo. Al hacerlo no se afectan las garantías para su funcionamiento. Simplemente se corrige una anomalía, posible por una estructura oligopólica aceptada por los gobiernos anteriores. La cuarta transformación no puede restringirse a un gobierno austero y honesto. Siendo necesario, es indudablemente insuficiente. Hará falta actuar para modificar la forma de funcionamiento neoliberal. Recuperar ingresos para las familias que usan los servicios bancarios mediante modificaciones regulatorias que eviten el pago de comisiones bancarias excesivas es importante. Implica asumir la responsabilidad que se estableció en la jornada electoral.

Para conseguir la cuarta transformación será necesario recuperar capacidades estatales que fueron sacrificadas en 36 años de neoliberalismo. No será tarea fácil. Enfrentará numerosas resistencias en la medida en que se afecten intereses económicos poderosos. Los mercados reaccionarán una y otra vez. Es lógico. Revelan que son manejados por grupos con intereses reconocibles. Pero también reaccionarán los beneficiados. Con ellos al lado, las dificultades podrán enfrentarse con mayores posibilidades de éxito.