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Narcos: México propone ser crítico con lo que pasa del otro lado de la frontera: Diego Luna
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▲ Joaquín Cosío, José María Yazpik, Diego Luna y Tenoch Huerta en la presentación de la serie.Foto cortesía de Netflix
 
Periódico La Jornada
Jueves 15 de noviembre de 2018, p. 8

Después de dar cuenta del flagelo del narcotráfico en Colombia, Netflix estrena este viernes la cuarta temporada del serial televisivo Narcos. La historia se traslada a México, donde se exploran los orígenes de la guerra contemporánea contra las drogas en el país.

La serie Narcos: México está protagonizada por Michael Peña. Diego Luna, Tenoch Huerta, José María Yazpik, Joaquín Cosío y Tessa Ía. Despega en el momento en que el tráfico de drogas era una organización desarticulada y perdida de cultivadores y traficantes independientes de nivel medio. La serie sigue el surgimiento del cártel de Guadalajara en la década de los 80, cuando Miguel Félix Gallardo (Diego Luna) toma el mando, unificando a los traficantes para construir un imperio y el agente de la DEA, Enrique Kiki Camarena (Michael Peña) traslada a su esposa y a su hijo de California a Guadalajara, donde tendrá un nuevo cargo.

El personaje de Enrique Camarena

Peña señala: “En los 80 era un adolescente, no tenía una conexión muy grande con la cultura mexicana, pero sí recuerdo que Enrique Camarena estaba en la portada de la revista Time. Todo lo que supe de él fue por lo que se escribió después de su asesinato. Así, con todos esos documentos preparé el personaje de Kiki Camarena, me di cuenta de que él sí quería hacer una diferencia en la lucha contra las drogas”.

En su intervención, Diego Luna dijo: “Hay que pensar en Narcos: México como un proyecto que no se origina aquí. Tiene dos entidades que la producen: Netflix, estadunidense, y Gaumont, francesa. En este momento deciden poner a un equipo de trabajo que pueda alimentar este punto de vista para enriquecerlo. No hay que perder de vista que es un trabajo internacional, no es el impulso de un mexicano que quería contar su historia. El gran logro es que se ve en países donde hay que ponerle subtítulos”.

El actor de Bandidos agregó: “Lo que me interesó de Narcos: México fueron los grises que cuenta la serie. No es ni negra ni blanca, no es de buenos contra malos. Me atrajo que todos los personajes cometen errores; que viven en una realidad donde la moral se define distinta: gente sobreviviendo y tratando de escalar y gente dispuesta a arriesgarlo todo porque no siente ningún arraigo, donde los malos de repente hacen lo correcto y los buenos terminan haciendo lo incorrecto.

Es peligrosísimo pensar que se trata de agarrar al malo y ponerlo en la cárcel y luego extraditarlo...el problema es que todos están involucrados; el problema es que era un negocio del gobierno, y para esto sus esferas más altas tenían que estar involucradas, incluyendo al empresariado. Hemos estado persiguiendo sólo un ángulo, y los otros (involucrados) siguen ahí y hacen como que persiguen.

Otra cosa que atrajo al protagonista de Rudo y cursi es que la serie también propone ser crítico con lo que pasaba del otro lado de la frontera: cómo la DEA se metió en temas que eran ilegales en el país; detonaron ciertas cosas para conseguir pequeños triunfos y acabaron jodiendo a otros. No hay buenos ni malos. Es la situación a la que hay que darle la vuelta.

Tenoch Huerta, quien encarna a un rabioso Rafael Caro Quintero, dijo que para su interpretación, “el lado oscuro de las personas es equitativo con el luminoso; es parte de lo mismo. Claro, influye en lo que cada uno trae, en lo que cada uno entiende, pero también a lo que está en el guión. Cuando estuve en Días de gracia, los valores culturales, económicos y sociales que compartimos como clasemedieros no son los mismos que otros estratos hacia arriba y hacia abajo. Nosotros podemos arreglar una diferencia hablando y otros lo hacen a balazos. Si nosotros somos empresarios hacemos una competencia amistosa, pero otros toman una pistola para eliminar a la competencia. Así se resuelven, con las herramientas que tienen y con mucha maldad”.

En Narcos: México se cuenta cuando Caro Quintero concibió la primera cepa de mariguana sin semilla. Huerta señala: Era un genio. No sé si en esa época ya había otros cultivos de este tipo, pero en otro momento, en otra circunstancia y si hubieran tenido acceso a la educación, su descubrimiento era de premio Nóbel y el resto hubiera hecho cosas tremendas.

Agrega: “El vínculo histórico entre política y narco existe desde el periodo posrevolucionario y no es privativo de México. Hay que recordar la guerra de China e Inglaterra, que fue la primera donde un gobierno apoyó el narcotráfico, cuando mandaron a la armada inglesa –en ese tiempo la más poderosa– para matar chinos u obligarlos a consumir drogas para ganar dinero”.

En tanto, el actor Joaquín Cosío expresó: Lo importante es que respecto de las tres temporadas anteriores, marca un cambio radical, de cómo se desplaza la gran industria del narcotráfico de Colombia a México. Esta es precisamente la gracia que tiene la serie, esos elementos casi documentales con ficción; vemos cómo se gesta, crece y organiza este imperio y que explica y apunta a nuestro destino, a lo que vivimos.

José María Yazpik, quien ya participó en anteriores temporadas del serial Narcos, dijo: Esta temporada da las claves para entender el narcotráfico y el crimen organizado que estamos viviendo en México. Mirar hacia atrás y ver cómo y dónde nació; los grupos que se hicieron, cómo se coludieron con las autoridades y gobiernos para avanzar.