Aunque la apertura para el uso lúdico de la mariguana no resolverá de fondo el grave problema de violencia que vive el país, sí contribuirá a disminuir los efectos secundarios que han generado las fallidas políticas públicas de prohibición, consideró Alfredo Nateras Domínguez, académico de la Universidad Autónoma Metropolitana en la unidad Iztapalapa (UAM-I).

Para el especialista en temas sociales vinculados al uso de drogas, violencia e identidades juveniles, la reciente decisión de los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación abre el camino para fomentar una sociedad más democrática y el siguiente paso –dijo– es que el Congreso apruebe una legislación que regule el consumo de cannabis.

En la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (2017), la más reciente, se encontró que el consumo de cualquier tipo de narcótico, de estupefacientes ilegales y mariguana alguna vez en la vida, ha aumentado significativamente entre 2011 y el 2016, al pasar de 7.8, 7.2 y 6 por ciento, a 10.3, 9.9 y 8.6 por ciento, respectivamente.

Ante el problema de salud pública y consecuencias sociales que experimentan quienes las consumen, y ahora con el nuevo elemento de abandonar su prohibición, la UAM-I realizará hoy y mañana el coloquio Un toque académico, hacia la despenalización del uso lúdico de la mariguana, a fin de abonar, desde la academia, en el estudio de esta nueva realidad.

Muchos jóvenes se encuentran presos por portación o uso personal de cannabis en espacios públicos, aun cuando esto no los convierte en narcomenudistas, manifestó Alfredo Nateras.