Habitantes de las alcaldías de Cuauhtémoc y Álvaro Obregón se organizan y plantean distintas estrategias para detener el embate de los constructores inmobiliarios y lograr orden en el entorno urbano de Ciudad de México.

En la colonia Roma, los vecinos buscan proteger el patrimonio arquitectónico de esta zona y promueven una iniciativa ciudadana ante el Congreso capitalino para contar con un programa parcial de desarrollo urbano para convertir en un espacio abierto el predio de inmuebles que vayan a ser demolidos sin permiso o perder 50 por ciento de su potencialidad, según el daño que tengan.

En entrevista, Mario Rodríguez, uno de los promotores de la propuesta, indicó que en los últimos 10 años se han perdido 45 inmuebles por derribos ilegales, más que los colapsados por los sismos de 1985 y 2017 juntos.

Detalló que plantean la posibilidad de que esos edificios, cuyo mantenimiento es oneroso, puedan usarse para negocios de bajo impacto para promover su conservación.

Por separado, habitantes de la colonia Hipódromo informaron que los daños en viviendas aledañas a grandes obras sólo se maquillan, como ocurre sobre la calle Alfonso Reyes, a pesar de ser una zona con alto riesgo sísmico.

En Álvaro Obregón, vecinos de Los Cedros, Villa Verdún, Las Águilas, Las Torres, La Era, San Bartolo y Santa Rosa recaban firmas en busca del ordenamiento del desarrollo urbano, luego del caos generado por la construcción de más de 100 obras en un polígono que conforman al menos siete vialidades principales en la zona.

Tras un llamado a la comunidad para acabar con el exceso de construcciones, el tráfico, la falta de agua y tala de árboles, instalaron en tres lugares casillas para solicitar las firmas que les permitan limitar el incremento de más desarrollos inmobiliarios, con la desaparición de diferentes normas y la actualización del programa de desarrollo urbano de la demarcación.