Política
Ver día anteriorMartes 6 de noviembre de 2018Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
Caminata Migrante
Pese a secuelas de polio, hondureño avanza rumbo a EU
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 6 de noviembre de 2018, p. 5

Arriaga, Chis.,A pesar de las secuelas de poliomielitis que le impiden caminar normalmente, el hondureño Edwin Rafael, de 26 años de edad, participa en la segunda caravana de migrantes que este lunes ingresó a Oaxaca.

Hay mucha gente que estando en buenas condiciones, con sus pies y manos buenos, han decidido no seguir, pero yo tengo fe en que voy a llegar a Estados Unidos para que me ayuden y le brinde un futuro mejor a mis dos hijos, dijo Edwin Rafael, quien cuando se cansa es cargado por su compatriota Roberto Hernández. Los policías de Honduras me golpearon con piedras al salir de la frontera hace más de dos semanas, pero eso no me desanimó, sino que me dio más ánimos, afirmó.

Contó que durante 10 años se dedicó a colocar jueguitos en las ferias de su país para obtener ingresos económicos, pero nos querían cobrar mucho y no nos quedaba casi nada de ganancia. Si hacíamos mil lempiras (moneda hondureña) teníamos que pagar la mitad y tengo familia que mantener: dos hijos, una de cinco y uno de tres, que se quedaron con su mamá. Agregó que cada vez llega menos gente a las ferias, porque muchos están migrando al norte, pues en Honduras no hay trabajo y la delincuencia está muy fuerte.

Antes me arrastraba

Narró que “el 18 de octubre salí de mi casa en Honduras. He caminado mucho y en ocasiones he pedido ‘aventón’ para avanzar paso a paso en este camino. Me operaron a los 14 años porque no podía caminar por la polio. De niño no podía andar nada sino que me arrastraba, pero después de la cirugía empecé a moverme con ciertas dificultades”.

Edwin Rafael acotó que tuvo la buena suerte de encontrar en la caravana a su paisano Roberto Hernández, que lo sube a su espalda cuando se cansa y lo carga por ratos.

El hondureño dijo tener fe en que voy a llegar a Estados Unidos; mi mamá se quedó en Honduras orando por mí y me he encomendado al Santísimo. Ya llevo más de dos semanas caminando o de aventón y todavía no me he cansado. Hay mucha gente que estando en buenas condiciones con sus pies y manos buenos ha decidido no seguir; por ejemplo, después del primer enfrentamiento con policías de Honduras varios tomaron el autobús y se regresaron, mientras que yo aquí voy para arriba. Recordó que hace tres años intentó cruzar México y llegar hasta el norte, pero en Veracruz me agarraron los agentes y me deportaron.