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Ciudad perdida

Sobre el NAIM // Encuestas dudosas

Q

uien piense que la construcción del llamado Nuevo Aeropuerto Internacional de México es sólo eso: una terminal aérea y ya, se equivocará de pe a pa y no se dará cuenta de todo lo que representa este movimiento en lo político, económico y social.

Y para este proyecto hoy sólo hay un acuerdo entre las partes: la Ciudad de México necesita un nuevo aeropuerto. Todo lo demás es parte de una historia en la que no sólo la postura antagónica del gobierno que sale y el que entra se ha mostrado, también lo ha hecho la gente que habita los alrededores de la construcción, además de los inversionistas y los defensores del medio ambiente. Por eso, hoy toca a buena parte del resto de la población, a la que se ha obligado a invertir los dineros de su jubilación en esa obra, debatir en torno a esto que se ha convertido en un problema nacional.

Y no sólo un problema nacional, sino en un ramillete de mentiras. Para empezar, hay que poner en claro que las encuestas que hasta ahora se han hecho y que dicen que a la mayoría de la gente no le importa lo que pase con el NAIM pueden tener razón, pero seguro que nadie le ha dicho a esa gente que los dineros de su afore están ahí, en esa construcción. Eso, cuando menos en las encuestas, parece que no se menciona.

Y es que si se les hubiera informado desde el inicio del proyecto para dónde iban sus recursos, seguramente hubieran levantado una protesta mayúscula para impedir tal cosa, y hoy, si se piensa en los resultados financieros, podrían reclamar al gobierno la mala inversión, pero son muchas las personas que estan involucradas, sin quererlo, en esa obra; es decir, debería importarle a mucha más gente que la que se dice usuaria de los servicios de la terminal, y de la que se apunta en las encuestas.

Por eso, para que todos aquellos a los que no se les pidió su parecer sobre la inversión de sus recursos puedan entrar al debate, se realizará una encuesta de la que hoy podrían darse detalles. Pero, y si la gente dice sí, ¿qué va a pasar? Nos referimos, desde luego, a los argumentos de índole ambiental que se han esgrimido para mostrar la monstruosidad de la obra.

Son esos argumentos, entonces, los que deberían pesar en la decisión del nuevo gobierno. El daño es descomunal, nos dicen, y por tanto la obra no debe continuar. Estamos hablando de cerca de 100 mil millones de pesos irrecuperables, pero nos asegura el ingeniero Javier Jiménez Espriú que la pérdida con el tiempo sería mucho más onerosa si se continúa.

Y no sólo eso. Entre la gente de las comunidades que rodean lo que sería el NAIM se habla de algunos centros ceremoniales que supuestamente habrían estado ubicados en los terrenos de la construcción y no se sabe qué pasó con ellos.

Algo más: en el sexenio que termina se privatizó casi todo lo que en tiempo se podría privatizar, y entre todo eso el gobierno. Por ello, es el momento de que el gobierno se comporte como el representante de la gente y no del dinero privado. Dejar que se construya el aeropuerto donde se inició la obra por la iniciativa privada sería tanto como ignorar los argumentos ecológicos que muestran algo que no le interesa a los dueños del capital: el daño a México.

De pasadita

Ayer se instaló una nueva comisión en el Congreso de la ciudad. Se puso en marcha con el fin de hallar formas y métodos para proteger a los periodistas, pero entre los integrantes de esa comisión quedó el ex delegado de Coyoacán Valentín Maldonado, el mismo al que se culpa de mandar golpear al reportero de esta casa editorial Ángel Bolaños.

Claro que la comunidad de reporteros que se encarga de cubrir los actos del organismo reclamó, con razón, que un personaje como Maldonado estuviera en tal comisión. Todo parece indicar que el sujeto tendrá que salir, luego del rechazo generalizado. Si no es así, la comisión sólo será una burla para el gremio, que ante la provocación tendrá que reaccionar. ¡Qué poca!