El alcalde electo de Iztacalco, Armando Quintero Martínez, afirmó que erradicará la política clientelar y corporativa, que sumió a esta demarcación en la inseguridad, así como en el abandono en la prestación de servicios públicos y el mantenimiento de la infraestructura urbana, para dar paso a programas sociales universales y la reactivación de la inversión en obras públicas.

En entrevista con este diario, el morenista acusó que hay indicios de malos manejos de los recursos públicos en esta y la anterior administraciones, por lo que se harán las investigaciones correspondientes, y de encontrarse irregularidades se pedirá la intervención de las autoridades administrativas y judiciales.

Sostuvo que hay una riqueza inexplicable de la pareja que gobernó en Iztacalco en los pasados seis años, los perredistas Elizabeth Mateos y Carlos Estrada, con propiedades en la Ciudad de México y con un rancho en Morelos, que no se pueden explicar con sus sueldos de servidores públicos.

Político de antaño formado en la izquierda, con distintos cargos públicos y de representación popular en su trayectoria, Quintero Martínez volverá a gobernar Iztacalco de la mano del partido Morena, después de hacerlo en el trienio 2003-2006 con el Partido de la Revolución Democrática.

Sin rodeos, desde su casa de transición arremete contra sus antiguos correligionarios, a quienes acusó de convertir la delegación en un desastre al utilizar los recursos públicos para comprar conciencias y construir una red electoral no para el PRD, sino para el grupo de Elizabeth Mateos en particular.

Incluso, agregó, en la colonia Pantitlán los espacios públicos como casas de cultura, parques y centros sociales eran administrados por sus familiares a su antojo. Los ingresos eran públicos, pero de aprovechamiento personal y de sus allegados, con lo que impuso un corporativismo más acentuado que en los tiempos del tricolor, expuso.

Las dos administraciones más recientes son símbolo de la incompetencia y la corrupción, subrayó, y destacó que hubo obras mal construidas o subutilizadas, cero política de mantenimiento a la infraestructura pública y un desorden urbano que ha llevado al colapso vial y a la escasez de agua, que, afirmó, durante su gestión pondrá freno.

La inseguridad es otro tema grave y delicado que, aseguró, comenzará a cambiar a partir del primero de octubre. Desde el primer día de mi gobierno vamos a emplazar a la policía preventiva y judicial a que en tres meses se cambie la curva delictiva o voy a solicitar la remoción de los elementos policiacos, apuntó.

Eso para contener en lo inmediato, pero también vamos a ir al fondo de la causa de esta descomposición, expuso, y señaló que se acabará el reparto de tinacos de agua y despensas y pondrá en marcha una estrategia de combate a la pobreza y la pobreza extrema con énfasis especial en los jóvenes, en las personas con discapacidad y adultos mayores.

Aseguró que en tres años pondrá de pie de nuevo a Iztacalco, tarea en la que confió contará con el aval de los concejales, pues su objetivo es tener un gobierno eficiente, sin ocurrencias y que atienda las demandas de la gente.