De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), durante las próximas dos décadas en México 16 por ciento de los empleos van a ser automatizados y 32 por ciento de los actuales trabajos cambiarán sustancialmente, debido a los cambios tecnológicos que están en marcha, precisó Mónica Aspe Bernal, representante permanente del país ante ese organismo.

En el cierre del Foro Internacional Mundo 4T: Trabajo, Tecnología y Transformación para Todos, Aspe Bernal advirtió que la transformación digital es una enorme oportunidad, pero también puede convertirse en un desastre, ello dependiendo de lo que hagamos, de las decisiones que se tomen en este terreno, y dijo que la política pública adecuada es la respuesta.

Con el cambio tecnológico irremediablemente va a haber ganadores y perdedores, expuso, al remarcar que la transformación debe ser incluyente.

Añadió que el uso de la inteligencia artificial va a cambiar muchas de las actividades que hoy todavía son típicamente humanas, pero que cada vez más empiezan a ser cubiertas por la tecnología, y acotó que en las próximas dos décadas 16 por ciento de los trabajos en el país serán automatizados, y también se crearán nuevos empleos.

Aseguró que el aumento del uso de la tecnología incrementará la productividad y esto impactará en el crecimiento económico.

Subrayó que debemos prepararnos para las nuevas formas de trabajo, por lo que es esencial comenzar por la educación y la formación. Las habilidades digitales deben ser parte de la currícula y también las socioemocionales como el pensamiento crítico, la creatividad y el trabajo en equipo.

Apuntó que otro gran reto es cerrar la brecha entre la oferta y la demanda de habilidades digitales, pues existe un desfase de las competencias de quienes vienen del sistema educativo y las que requiere el mercado laboral.

Enrique Cabrero Mendoza, director del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) expuso que los efectos del cambio tecnológico en el mercado laboral, en seguridad social y en políticas públicas serán relevantes; por ello, en esta materia no se debe pensar en sexenios, sino a largo plazo.

Consideró que existe una ventana de oportunidad para México y se requiere de un diseño institucional y de la voluntad nacional que involucre al sector gobierno, científico, empresarial y social.

Tenemos 15 años para lograr una reconversión en nuestro sistema de formación de talento, en la capacidad de reconversión de las empresas y en esta ocasión no hay por qué no llegar a tiempo a la cita con esta nueva etapa del desarrollo mundial, concluyó.