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Devastadora marea roja mata delfines, tortugas y peces a un ritmo frenético en costa de Florida

Un organismo microscópico es el causante del fenómeno; libera un poderoso neurotóxico

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▲ En la arena de Cayo Siesta, una de las playas más bonitas de Estados Unidos, fueron hallados los restos de Speck, un macho de 12 años, incluido en un programa de investigación sobre delfines salvajes. La imagen fue captada en 2015.Foto Afp
 
Periódico La Jornada
Martes 21 de agosto de 2018, p. 2

Sarasota

Una devastadora marea roja oscurece el agua del mar y está matando a delfines, tortugas y peces a un ritmo frenético en la costa oeste de Florida, donde autoridades estadunidenses han declarado estado de emergencia.

Nada más este mes, más de 100 toneladas de animales marinos muertos han sido recogidas de las playas de la costa oeste de Florida, área normalmente llena de turistas ahora con un olor nauseabundo.

En la pasada semana, 12 delfines aparecieron muertos en la costa del condado de Sarasota. Normalmente, ese es el balance en todo un año.

Es física y mentalmente agotador, aseguró Gretchen Lovewell, quien está a cargo de un equipo del Mote Marine Laboratory que recoge tortugas y mamíferos marinos en peligro o muertos.

Ella y otros dos colegas han trabajado literalmente día y noche, agregó Lovewell.

El domingo, cerca de la esponjosa arena de Cayo Siesta –clasificada por la industria turística como una de las playas más bonitas de Estados Unidos–, Lovewell recogió los restos de un delfín descompuesto. Tenía un número sellado en su aleta dorsal: 252.

Era un macho de 12 años llamado Speck que había sido visto más de 300 veces por científicos que vigilan generaciones de delfines nariz de botella en la bahía de Sarasota.

Fue devastador, señaló Randall Wells, director del programa de investigación de delfines de Sarasota. Iniciada en 1970, es la investigación más larga que se realiza sobre población de delfines salvajes.

El científico sacó un mapa que mostraba los puntos donde había sido visto Speck los años recientes. Normalmente nadaba en aguas justo cerca de la casa de Wells.

Los investigadores también rastreaban a la madre y la abuela de Speck, que murieron por tragar equipos de pesca.

“Conocíamos a Speck desde que nació”, explicó Wells, quien comenzó a estudiar delfines desde que tenía 16 años. Le habíamos dado el nombre de mi padre.

La marea roja es la principal sospechosa de la muerte de Speck, pero los científicos no lo sabrán con certeza hasta que tengan los resultados de laboratorio listos en unas semanas.

La marea roja es un fenómeno natural. Es causada por un microscópico organismo unicelular llamado Karenia brevis, único en el Golfo de México.

Este organismo libera un poderoso neurotóxico que puede transmitirse por aire y causa a los humanos dolores de cabeza, irritación en los ojos, tos y asma, pero puede ser mortal para los animales marinos.

Principio de una nueva vida

Los ecólogos dicen que este organismo tiene la misma función que el fuego natural en los bosques: limpia la maleza y permite que el paisaje comience una nueva vida.

La Karenia brevis se encuentra todo el año en bajos niveles. Sin embargo, cuando se multiplica, las tortugas marinas y los manatíes pueden inhalarla o morir por comer peces o algas infectados con el neurotóxico. Los síntomas incluyen desorientación, falta de coordinación y convulsiones.

Hay casos de marea roja documentados por los exploradores españoles incluso en el siglo XVI.

Pero la pregunta ahora es qué podemos estar haciendo nosotros para que la marea roja aumente y permanezca más tiempo, preguntó Richard Pierce, científico senior del Mote Marine Laboratory y experto en ecotoxinas.

El actual brote en Florida comenzó en octubre de 2017, pero se tornó considerablemente peor en las semanas pasadas.

Se ha extendido a lo largo de la costa oeste de Florida, en un trecho de 320 kilómetros desde Tampa hasta Naples.

La agricultura industrial y el mal tratamiento de los desechos está incentivando el crecimiento del alga verdeazulada, o cianobacteria, otro problema que plaga las aguas de Florida. Lo mismo podría estar ocurriendo ahora con la marea roja, adviertieron expertos.

Por otra parte, el olor a pescado podrido ha sido un golpe en el estómago para la economía de Florida.

Nuestra vida se basa en el turismo aquí en el suroeste de Florida, señaló Omar Botana, propietario de un comercio de alquiler de botes en Bonita Springs, al norte de Naples.

El fenómeno afecta cerca de 40 por ciento de nuestro negocio, añadió.