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Desde otras Ciudades

Arrasa capoeira a los malos espíritus de la guerra //

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▲ El baile permitió a cientos de jóvenes de Bangui olvidarse de la guerra.Foto tomada de Internet
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a capoeira me ha dado una familia, afirma Usein, presidente de la asociación Abada Capoeira Centrafrique, rodeado de unos 40 jóvenes inmersos en una danza felina al ritmo de la percusión.

Cada domingo, estos adolescentes –entre mujeres y hombres– de todas las condiciones sociales se reúnen en el Stade 20,000 places de Bangui, capital de la República Centroafricana para entrenarse y fortalecer los lazos dañados por la guerra y la violencia que golpea a su país desde hace años.

No se preocupan por saber de qué etnia son los demás, de qué religión, de qué barrio, quién es un niño de la calle, educado o salido de grupos armados, explica Marion, una francesa residente en Bangui que conoció a Usein al buscar un club de capoeira, un arte marcial afrobrasileño.

Lo acompañó en el desarrollo de la asociación, creada en 2017 y cuya historia empieza en República Democrática del Congo (RCA), en el campo de refugiados de Mole (norte), donde miles de centroafricanos se instalaron desde 2013.

Ese año, la Seleka, una rebelión de mayoría musulmana procedente del norte del país, tomó el poder en Bangui y desde entonces la violencia prácticamente no ha cesado en el país, sometido a la merced de los grupos armados.

En Mole, siete centroafricanos, Vicky, Usein, Mexent, Jephte, Vital, Beliva y Nancy, descubrieron la capoeira con la ayuda de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados y del Unicef.

“Cuando dejamos la RCA a causa de la guerra estábamos traumatizados, algunos vieron a sus padres abatidos. La ONU buscó la manera de calmar a la gente con actividades como el futbol y la capoeira”, cuenta Usein.

Vicky recuerda que en el campo había jóvenes con mala idea, que tomaban drogas y cuando empezó la capoeira se eliminaron los malos espíritus, a mí mismo me sirvió para desahogarme, me permitió olvidar mis traumas. La práctica de este arte marcial, afirma Usein, ayudó a mejorar las relaciones entre congoleños y refugiados centroafricanos. De ahí nació la idea de implantarse en Bangui.

Cuando volvió a Bangui en 2016, Usein y sus amigos de Mole empezaron a dar clases de forma voluntaria en sus barrios. La frase de la asociación, que los jóvenes proclaman al final del entrenamiento, dice: Capoeira por la paz, la convivencia, el amor, el respeto al prójimo y el autocontrol.

Afp