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Organización civil profesionaliza en derechos humanos a luchadores sociales
 
Periódico La Jornada
Domingo 29 de julio de 2018, p. 8

La organización civil Prodesc comenzó las actividades de la segunda generación de su Escuela de Justicia Trasnacional 2018, una iniciativa que busca profesionalizar a activistas y luchadores sociales de todo el país para darles herramientas teóricas y metodológicas en aras de realizar mejor su trabajo en defensa de los derechos humanos.

En entrevista con La Jornada, Alejandra Ancheita, directora del colectivo, indicó que la primera generación tuvo 32 alumnos, mientras que el segundo grupo está integrado por 30, quienes se enrolan en un sistema semiescolarizado de seis meses de duración con una clase presencial al mes.

Antes de cada sesión los participantes del curso deben estudiar materiales que les da la coordinación académica de la escuela y hacer controles de lectura. Para coordinar los avances de cada estudiante, hay una plataforma virtual en la que los alumnos pueden descargar los contenidos y estar en constante comunicación con sus maestros y el personal de Prodesc.

En esta segunda generación habrá tres maestros invitados: Francisco López Bárcenas, especialista en temas de derecho indígena y defensa de la tierra y territorio; Manuel Fuentes, abogado experto en asuntos de derecho laboral, y Dolores González Sarabia, directora de la organización civil Serapaz.

Previo a cada clase presencial, los encargados de la escuela realizan una sesión con los alumnos para homologar el nivel de conocimientos y de esta forma asegurarse de que todos llegan con bases mínimas en comprensión de los temas.

En 10 años de trabajo hemos diseñado un sistema teórico-práctico para los defensores y defensoras que tienen la necesidad inmediata de reaccionar ante las violaciones a derechos humanos y casos que ya están acompañando. De esta forma pueden tener más elementos técnicos y jurídicos para realizar una labor que de por sí hacen todos los días, subrayó la abogada.

Según Ancheita, los alumnos de la primera generación ya han demostrado en la práctica la utilidad de los conocimientos adquiridos en el curso, pues han logrado construir redes de trabajo entre ellos, pese a encontrarse en regiones generalmente muy aisladas.

A partir de tener un perfil más profesional y capacitado han podido llevar a cabo estrategias jurídicas y de incidencia por lo que el diálogo con las autoridades es más fácil, porque ya tienen las capacidades para lograrlo.

Agregó que aunque otras organizaciones de derechos humanos ya han lanzado antes diversos cursos, muchas veces no cuentan con recursos técnicos ni financieros para mantenerlos y actualizarlos, por lo que esta escuela pretende tener solidez y hacer énfasis en temas como la perspectiva de género.