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El gobierno los secuestró en Michoacán en los 70

Esperan justicia, a 44 años de la desaparición de 5 parientes

Llevan su caso a la CIDH; la familia Guzmán Cruz denuncia amenazas e intentos de soborno para callarlos

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▲ Integrantes de la familia Guzmán Cruz, quienes fueron víctimas de desaparición forzada entre 1974 y 1977 en Michoacán, tres de ellos por pertenecer al Movimiento de Acción Revolucionaria. El tercero de izquierda a derecha, es el padre de 4 de ellos, aunque fue liberado días después.Foto La Jornada
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 22 de julio de 2018, p. 23

Morelia, Mich.

A 44 años de la desaparición forzada de cinco integrantes de la familia Guzmán Cruz, que se cumple este 23 de julio, tres de ellos pertenecientes al grupo guerrillero Movimiento de Acción Revolucionaria (MAR), sus familiares aún esperan acceder a la justicia ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Pero siguen las amenazas y ofrecimientos económicos para que nos callemos, afirmó el único hermano sobreviviente, Abdayán Guzmán Cruz.

El próximo 23 de julio, la familia Guzmán Cruz develará la placa conmemorativa en la Casa del Estudiante Nicolaíta en honor a los primeros desaparecidos políticos de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH).

Amafer, Armando, Solón Adenauer y Venustiano Guzmán Cruz (entre 15 y 19 años de edad), así como Rafael Chávez Rosas, fueron detenidos y desaparecidos por militares y policías federales y locales, entre los años 1974 y 1977 –época de los levantamientos civiles armados–, así como José Luis Cruz Espinoza, primo de los hermanos Guzmán Cruz; pero no existe registro, debido a que sus padres, al ver la situación tan delicada, no denunciaron y emigraron a Estados Unidos.

Solón estudiaba la preparatoria en Morelia y mi padre Jesús Guzmán Jiménez no pertenecía al MAR; sin embargo, también los desaparecieron, detalló Abdayán Guzmán.

Acto político-cultural

Como cada año en la comunidad de Tarejero, municipio de Zacapu, la familia realizó ayer una actividad político-cultural en memoria de los desaparecidos. No importó que la casa donde fueron arrestados esté prácticamente en ruinas.

Abdayán recuerda que el 16 de julio de 1974 detuvieron en Morelia a su hermano Amafer; se lo llevaron a la 21 Zona Militar, incluso Miguel Nazar Haro, quien era titular de la Dirección Federal de Seguridad, vino a Morelia, y lo trasladó al campo militar, refirió.

El 19 de julio de 1977 detuvieron a Armando Guzmán Cruz, a quien se llevaron después de una balacera. Ese mismo día, a las 18:30 horas (elementos del Ejército, policías federal y estatal) llegaron a la comunidad indígena de Tarejero. La sitiaron, agarraron a los jóvenes, los desnudaron, los acostaron en la cancha de basquetbol, y se dirigieron a la casa de mis padres, pero como no les abrieron, destruyeron la puerta, golpearon a mi papá, a mi mamá, devastaron todo, recuerda.

Buscaban a su hermano Amafer, aunque ya había sido detenido y a él (Abdayán); pero como no lo encontraron, soltaron en el camino a mi papá a la una o dos de la mañana, lo lanzaron a un río que estaba por ahí; al otro día regresaron buscando a Amafer, y así, hasta el 24 de julio, cuando ya no volvimos a saber de él.

Por esas fechas detuvieron en Morelia a Solón, quien estudiaba el segundo grado de preparatoria en el Colegio de San Nicolás; a pesar de que él no pertenecía a ningún movimiento, se lo llevaron y desde entonces está desaparecido.

Venustiano, el hermano menor, ingresó a la preparatoria en 1974 y se enroló en el movimiento guerrillero. Lo detuvieron en 1976 en Acapulco, Guerrero, y aunque se cambió de nombre al de Óscar González Juárez, y así lo señalan los registros oficiales, sabemos que era él, explicó Abdayán Guzmán.

En los dos últimos años seguían las amenazas y llamadas telefónicas, y recordándonos el 10 de mayo, acusó Abdayán. Dicen que le paremos, que no sigamos con los casos de desaparición forzada; pero nuestro caso ya está en la CIDH.

En un encuentro sobre derechos humanos en Lima Perú, el titular de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Roberto Campa Cifrián, propuso la reparación del daño económico, pero no es suficiente. Se debe aplicar la ley, porque ni mi padre ni un hermano militaban en el MAR, y aunque mis otros hermanos sí pertenecían, debieron ser tratados conforme a la ley y no desaparecerlos, añadió el sobreviviente de la familia Guzmán Cruz.

De acuerdo con la organización civil de derechos humanos Alzando Voces en Michoacán suman 300 expedientes de desaparición forzada, de 2006 a la fecha. El mayor número de casos se concentran en Morelia, Apatzingán, Lázaro Cárdenas y Aquila.