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La resistencia se niega a rendirse y se reagrupa
 
Periódico La Jornada
Jueves 19 de julio de 2018, p. 22

Managua

Desde casas seguras, cientos de opositores al presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, planeaban este miércoles los próximos pasos para presionar por la salida del líder luego de que sus leales, apoyados por la policía, retomaran el barrio de Monimbó de la ciudad de Masaya, el último bastión de resistencia en el país.

Protestas esporádicas, grandes marchas y presión internacional son algunas de las opciones que estudian los principales líderes de la resistencia contra Ortega, luego de tres meses de manifestaciones que han dejado 279 fallecidos, miles de heridos y 226 detenidos.

Aquí no se rinde nadie, dijo, exigiendo el anonimato, uno de los líderes del Movimiento 19 de abril, quien escapó el martes de Monimbó, un pequeño poblado indígena a unos 30 kilómetros al sur de Managua que fue asediado y tomado por las fuerzas leales a Ortega.

Esto es como una pausa y volvemos, agregó el joven, quien ahora comparte casa con varios compañeros que lograron escapar a la arremetida del martes de las fuerzas de choque leales al gobierno que dejó al menos dos muertos, un joven y un policía, según el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos.

El miércoles, diversas organizaciones llevaron a cabo pequeñas concentraciones a lo largo del país de 6.2 millones de habitantes. Por la mañana, el movimiento campesino hizo un plantón en la cárcel El Chipote, en Managua, exigiendo la liberación de dos de sus dirigentes, en compañía de decenas de familias.

En el otro extremo del país, en la ciudad de Granada, el Movimiento 19 de abril pidió la libertad de uno de sus dirigentes en la zona. Otro grupo llamó a marchar en la tarde por la justicia y democratización frente a una universidad de Managua.

Alivio para pobladores

Los pobladores de las zonas más afectadas por las protestas agradecieron el fin de los bloqueos.

Tengo una tiendita, pero desde que empezó esto (protestas) tengo tres meses sin trabajar, se quejó Sagrario Morales, una residente de Monimbó, un pequeño pueblo indígena en Masaya que fue liberado el martes tras un intenso enfrentamiento entre manifestantes con morteros caseros y resorteras contra simpatizantes de Ortega con pistolas, armas automáticas y escopetas.