Sochi

Nunca había llegado tan lejos y lo hace en casa: una Rusia impulsada por una multitud ilusionada tratará de alargar su sueño mundial ante la talentosa Croacia de Luka Modric, que llega a Sochi consciente de su potencial para superar a sus ídolos de 1998.

Es ahora o nunca para ambos este día en la batalla del mar Negro. De un lado, la nación más extensa del mundo, que supera los 142 millones de personas y una retomada pasión por el futbol que inundará el estadio olímpico animada por la excitación de la fiesta en casa y el inesperado éxito de su selección.

Del otro, un pequeño país de poco más de cuatro millones de habitantes, pero con talento de sobra. Así lo prueba que 16 de sus futbolistas militen en las cinco mejores ligas europeas –como el brillante Modric en el Real Madrid, Ivan Rakitic en el Barça o Mario Mandzukic en la Juventus–, y que lleguen avalados por viejas glorias como Davor Suker, héroe del tercer puesto logrado en 1998 y ahora presidente de la federación.

Los croatas no temen a la presión que pueda ejercer la hinchada rusa.

Nuestros jugadores juegan cada semana frente a estadios llenos, eso no debe ser problema para nosotros, sostuvo el entrenador Zlatko Dalic, mientras Ivan Ratikic consideró que es más importante pensar en nosotros, no importa quién sea el rival. Lo más importante es alcanzar las semifinales, agregó el volante del Barcelona, quien aseguró también que Croacia, clara favorita ante la Sbornaya, saldrá a buscar el resultado.

En el búnker anfitrión, Stanislav Cherchesov mencionó que el apoyo del presidente Vladimir Putin es una motivación extra para nosotros.

Nunca desde la desintegración de la Unión Soviética, Rusia había superado la fase de grupos y este sábado luchará por entrar en las semifinales ante un país eufórico.

La gente puede estar eufórica, pero el equipo no debe. El torneo sigue adelante y un equipo que teóricamente era uno de los mejores, España, ya hizo las maletas y está de vuelta a casa. Mañana (hoy) hay que empezar al máximo desde los primeros segundos, recordó Cherchesov.

Por otro lado, el portero de la selección croata Daniel Subasic, recibió una advertencia del Comité Disciplinario de la FIFA, por la playera que mostró al final del partido de octavos de final frente a Dinamarca.

En forma de homenaje, el guardameta enseñó una camiseta con la foto de Hrvoje Custic, amigo de Subasic, y quien perdió la vida hace 10 años. El reglamento de la FIFA prohíbe cualquier manifestación de este tipo, sin importar que no sea político o religioso. Además, multó con 70 mil francos suizos (1 millón 349 mil 202 pesos mexicanos) a la Federación Croata de Futbol por exhibir bebidas no autorizadas durante el juego contra los daneses.