Berlín

La canciller federal alemana, Angela Merkel, y su aliado, el conservador bávaro y ministro del Interior, Horst Seehofer, llegaron a un acuerdo ayer en materia de política migratoria, diferendo que amenazaba con romper el gobierno de coalición.

La mandataria calificó el pacto alcanzado tras varias horas de duras negociaciones con su socio, el partido de la Unión Cristiano Social (CSU), de solución intermedia realmente buena con la cual se respeta el verdadero espíritu de colaboración que impera en la Unión Europea (UE) y al mismo tiempo se da un paso decisivo para ordenar y controlar la migración secundaria, explicó Merkel, líder de la Unión Cristiano Demócrata (CDU), al término de la reunión bipartidista para evaluar la crisis en materia migratoria.

A su vez, Seehofer declaró: luego de intensas negociaciones tenemos un acuerdo claro sobre la forma de impedir en el futuro la inmigración ilegal en las fronteras entre Alemania y Austria. Este acuerdo sólido, que responde a mis ideas, me permite seguir dirigiendo el Ministerio federal del Interior, añadió el líder bávaro, quien también es presidente de la CSU.

El acuerdo, sellado al caer la noche en Berlín, contempla la creación de los centros de tránsito en las frontera entre Alemania y Austria en los que residirán los refugiados que hayan llegado a Alemania tras haberse registrado como solicitantes de asilo en otros países de la UE.

Dichos centros serán creados en edificios cerrados de donde los migrantes no podrían salir mientras se resuelve su expediente y se decide si pueden permanecer en Alemania.

Estos centros de acogida serían además responsables de llevar a cabo las expulsiones desde Alemania a los países europeos por los que entraron en Europa y los retornos deberán organizarse en el contexto de acuerdos administrativos concluidos con los países implicados.

El compromiso satisface a las dos grandes fuerzas de la coalición y evita tanto la dimisión de Seehofer como el agravamiento de una profunda crisis de un gobierno que comenzó a dirigir el país hace poco más de 100 días, aunque el Partido Socialdemócrata, tercer socio de la coalición, aún debe dar su visto bueno al trato.

Seehofer exigió en un principio el rechazo en la frontera de todos los migrantes registrados en otro país de la UE, pero Merkel se rehusó en nombre de la comisión europea y para evitar un efecto dominó en el continente.