Sociedad y Justicia
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Hay estrategias y herramientas para evitar esa situación señala el Banco Mundial

Desastres naturales regresarían a la pobreza a 40% de la población
 
Periódico La Jornada
Jueves 17 de mayo de 2018, p. 34

La seguridad alimentaria en América Latina está en riesgo y cuatro de cada 10 hogares podrían volver a la pobreza por causas vinculadas a desastres naturales, advirtió el Banco Mundial (BM).

Durante la inauguración del foro Asimilación de riesgos (enfocado a información de riesgo de desastres y adaptación al cambio climático) realizado en el Palacio de Minería, Jorge Familiar, vicepresidente para América Latina y el Caribe del BM, hizo referencia a las estrategias y herramientas para hacer frente a esta situación, como la emisión del bono catastrófico.

En este acto participó el secretario de Gobernación, Alfonso Naverrete Prida, quien dio la bienvenida a decenas de especialistas de distintas regiones del mundo, quienes justo ayer experimentaron la alerta sísmica con un temblor de 5.2 grados de intensidad y el desalojo preventivo. El funcionario dijo que nuestro país valora la fortaleza y la unidad para la defensa de la vida ante las adversidades naturales, arropado por la solidaridad de los mexicanos y de otras naciones que acudieron en nuestro auxilio en septiembre pasado, después de los terremotos. La experiencia es ponderar el mapeo de riesgo y el fortalecimiento de la infraestructura crítica, como la escolar, señaló.

México es un país que ha enfrentado duras pruebas en materia de protección civil, por lo mismo hemos aprendido la importancia de estar preparados ante los riesgos, dijo.

Por nuestra posición geográfica estamos expuestos a los efectos de cinco placas tectónicas, una interacción con 16 volcanes potencialmente activos, así como en la ruta de ciclones tanto por el océano Pacífico como en el Atlántico. Navarrete también mencionó la importancia de la cooperación internacional en casos de desastre.

La preparación es trascendental

En tanto, el directivo del BM comentó más tarde, en entrevista, que con un incremento en la frecuencia y en la intensidad de los desastres naturales no es difícil pensar que si no estamos preparados, la seguridad alimentaria de una parte importante de la población va a estar en riesgo.

En algunos lugares habrá sequías, en otros huracanes e inundaciones, advirtió. De tal manera que si no estamos bien preparados para hacerle frente a eso, si no tenemos países, ciudades, estructuras resilientes, puede haber desgracias de importancia. La administración del riesgo, agregó, es tomar las medidas para contener o evitar la materialización de pérdidas.

En cuanto a la situación de la población, dijo que en América Latina y el Caribe hubo una profunda transformación social en la década reciente: la pobreza extrema se redujo a la mitad y por primera vez en la historia tenemos a más latinoamericanos que pertenecen a la clase media. “Sin embargo, el grupo social más grande (40 por ciento de la población total) le llamamos vulnerable; son personas que ya no son pobres, pero tampoco son de clase media todavía; ese grupo, si enfrenta un shock significativo, puede caer de nuevo en la pobreza, por tanto, la administración de riesgos es fundamental”, señaló.

El BM presentó un artículo en el cual muestra la severidad de los impactos de fenómenos naturales, particularmente en la región. Por ejemplo, el sismo del 19 de septiembre de 2017 fue más intenso, en el sur de Ciudad de México, que el registrado ese mismo día, pero en 1985.

Sin embargo, los daños fueron muy distintos; esta evolución es impresionante por la participación de la sociedad civil en las alertas y desalojo de edificios que evitaron un desastre mayor. Nuestros expertos en riesgos están muy impresionados del avance que ha tenido México y lo consideran un país que está a la vanguardia en la materia, señaló el funcionario del Banco Mundial.

El foro es organizado por el Fondo Mundial para la Reducción y Recuperación de Desastres y asistieron representantes de los sectores público y privado socios de desarrollo, así como organizaciones de la sociedad civil e instituciones académicas.