París.

Con la elección de Cate Blanchett como presidenta del jurado, el Festival Internacional de Cine de Cannes apuesta para su primera edición posterior al escándalo Weinstein por una actriz exigente y versátil, pero también por una feminista convencida, figura de la lucha contra el acoso sexual.

Activista, comprometida, absolutamente feminista, así se define la australiana de 48 años ganadora de dos Óscares por El aviador y Blue Jasmine, en una entrevista con la revista Variety.

Creo que estamos abordando valientemente los problemas relacionados con nuestra industria, dice la actriz, a quien no le gustó ver solo a una mujer, la neozelandesa Jane Campion, en una foto de laureados con la Palma de Oro en la 70 edición de la muestra el año pasado.

En enero pasado, con Natalie Portman y Meryl Streep, entre otras, formó parte del grupo de actrices de Hollywood que lanzó el movimiento Time’s Up para ayudar a las víctimas de acoso sexual, que nació con numerosas acusaciones de agresión y violación contra el productor estadunidense Harvey Weinstein.

Duodécima mujer en presidir el jurado de Cannes, cuatro años después de Campion, considera esta tarea una enorme responsabilidad.

Multifacética

En la pantalla o sobre un escenario, la rubia australiana puede transformarse para realizar cualquier papel. Fue la reina Isabel I (Elizabeth y Elizabeth: la edad de oro), Bob Dylan (Mi historia sin mí), Katharine Hepburn (El aviador) o la reina de los elfos, Galadriel, en El señor de los anillos.

Nacida y criada en Melbourne, en el sudeste de Australia, Blanchett tenía 10 años cuando su padre, un empresario estadunidense, murió de un infarto. A raíz de esto, los Blanchett, según ha explicado ella misma, pasaron muchas dificultades.

El teatro la salvó. Diplomada del Instituto Nacional de Arte Dramático, en 1992, la actriz cosechó rápidamente el éxito del público y la crítica en la Compañía de Teatro de Sydney, antes de probar con el cine.

En 1999 ganó un Globo de Oro y un Bafta por Elizabeth, de Shekhar Kapur, su primer gran papel de proyección internacional. Ese mismo año actuó en El talento de Mr. Ripley, de Anthony Minghella.

Ya famosa, formó parte del reparto de exitosa trilogía de El señor de los anillos, sus filmes más taquilleros.

En 2005 consiguió el Óscar a la mejor actriz secundaria por El aviador, de Martin Scorsese, y un año más tarde trabajó con Alejandro González Iñárritu en Babel, junto a Brad Pitt.

Después se transformó en Bob Dylan en I’m Not There, de Todd Haynes, con quien volvería a colaborar en 2015 en Carol, un elegante drama lésbico que compitió en Cannes.

A finales de la década de 2000, dejó un tiempo de lado el cine para dedicarse al teatro con su marido y padre de sus cuatro hijos, Andrew Upton. Entre 2009 y 2013 fue la directora artística de la Compañía de Teatro de Sydney.

Su papel de burguesa en crisis al borde de la locura en Blue Jasmine, de Woody Allen, supuso su regreso a la gran pantalla y la lleva a ganar el Óscar a la mejor interpretación femenina en 2014.

En la época en que trabajé (con Woody Allen), no sabía nada de lo que pasaba, confió a Variety respecto de las acusaciones de abuso sexual de la hija adoptiva de éste, Dylan Farrow.

Cate Blanchett afirma que ella también fue importunada por hombres, inclusive por Harvey Weinstein. A la pregunta de Variety sobre si el productor se comportó de forma inapropiada con ella, contesta: Sí. Tuve un mal presentimiento con él...