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Penultimátum

De amaños académicos

L

a Universidad Rey Juan Carlos, con sede en Madrid, no figura entre las 20 mejores de España. En calidad de la enseñanza, profesorado e instalaciones, destacan la de Barcelona, la Complutense en Madrid; la de Valencia y Granada; las autónomas de Madrid y Barcelona y la Pompeu Fabra de esta última ciudad.

Pero la Rey Juan Carlos es hoy célebre por otorgar títulos a quienes no han cursado las asignaturas ni presentado los exámenes que ordena la legislación académica. El caso más sonado es la maestría concedida a Cristina Cifuentes, quien durante tres años presidió la Comunidad de Madrid en nombre del gobernante Partido Popular. Renunció a su cargo la semana pasada. Pero su caso, y otros más, mostró que esa universidad, financiada con dinero público se ha prestado para amaños académicos en favor de integrantes del citado partido.

Esa y otras maestrías fraudulentas produjeron vergüenza y estupor entre académicos y estudiantes de toda España. A tal grado que el organismo que reúne a las instituciones de educación superior exigió tomar medidas para evitar que, por lo ocurrido en la Rey Juan Carlos, se erosione el prestigio que sus universidades tienen entre la ciudadanía y a nivel internacional.

Es un prestigio ganado a pulso y que se conserva pese a que el apoyo en recursos públicos (y los privados para la investigación científica) se han reducido notablemente durante el gobierno del Partido Popular. Mientras, son mayores las cuotas que los estudiantes deben pagar por matricularse. Roberto Fernández, presidente de la Confederación de Rectores, sostiene que no habrá un buen futuro para España si no lo hay para el quehacer universitario.

Se trata de un asunto de Estado que se aplica muy bien en el caso de México, donde, pese a tantas promesas oficiales, en términos reales los apoyos a la educación superior son insuficientes, lo que mengua la calidad de la enseñanza y la investigación. En tanto, el monto gastado en publicidad oficial en este sexenio supera cuatro veces el presupuesto de 2016 a becas y apoyos que concede el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. Se han destinado casi 40 mil millones de pesos a esa publicidad, mientras se redujo el presupuesto al desarrollo social, la educación y la salud.

Y para documentar nuestro optimismo, como diría Carlos Monsiváis, quien nació hoy hace 80 años, digamos que la presidenta de la Comunidad de Madrid no renunció por exigencia del presidente Rajoy o su partido, sumidos como están en el desprestigio por numerosos casos de corrupción. Para obligarla a dejar su cargo usaron prácticas propias de ese partido: filtrando en la red un antiguo video donde se muestra que en 2011 hurtó en un súper dos pomos de crema antiarrugas que valían 47 dólares. Y, para su desgracia, la pillaron.