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Ante la escasa difusión aprovecha su título mundial para inspirar a los jóvenes

Rey Vargas lamenta que tras un año de campeón vive casi en el anonimato

Cuando gané ni siquiera me dieron una bienvenida como hacen con otros peleadores

 
Periódico La Jornada
Miércoles 28 de febrero de 2018, p. a11

Sin gimnasios de boxeo a la mano, Rey Vargas improvisó en la sala de su casa, en Otumba, estado de México. Escarbó en la cal del techo hasta dar con una varilla para colgar un saco y lo demás fue imaginación y esfuerzo. Después llegó con Ignacio Beristáin, especialista en fabricar campeones, y lo llevó a conquistar el campeonato supergallo del Consejo Mundial de Boxeo en Inglaterra.

Ha pasado un año desde entonces, pero con difusión casi escasa. Un título que lo desborda de orgullo –admite–, pero que ha vivido casi en el anonimato.

No hay palabras o precio para valuar lo que significa para un boxeador tener un título como éste, dice Rey Vargas mientras señala el estuche con las siglas del CMB donde reposa su cinturón; pero por la difusión, pues creo que sí ha faltado, además de que he tenido defensas que coincidieron con eventos mundiales que opacaron el mío.

Vargas, en cambio, aprovecha su condición de campeón mundial para inspirar a los jóvenes de su municipio y promover el deporte entre niños y jóvenes. Montó un gimnasio que sostiene con sus propios recursos y compró una camioneta modelo 2000 para poder trasportarlos a funciones y entrenamientos en Ciudad de México.

Cuando yo empezaba era una aventura viajar en camiones, peseros, Metro para llegar al gimnasio, recuerda; mi mamá se las ingeniaba para darme para mis pasajes. Yo lo que hago es invertir para que estos chavos puedan comprometerse y tengan menos dificultades. Lo hago por eso, porque el gimnasio no es negocio.

Todo es una empresa per- sonal, apoyado por su padre. Cuando ha pedido apoyo de las autoridades del municipio, la respuesta siempre ha sido la misma: no hay recursos.

Cuando gané el título hace un año ni siquiera me dieron una bienvenida como hacen con campeones de otros lados; en Otumba nada, cuenta Vargas; sólo mis vecinos me hicieron una comida, pero eso fue todo. Ahora no pido ayuda porque yo la necesite, sino para apoyar a estos chavos, pero es lo mismo de siempre: nada.

Vargas seguirá defendiendo su título, espera tener una larga estancia en el campeonato supergallo del CMB, pero le gustaría que más gente lo supiera.

No porque yo lo necesite, sino porque creo que eso puede servir para motivar a más jóvenes a buscar realizarse en el boxeo. Yo lo seguiré haciendo por mi cuenta.