El exdiputado federal Antonio Astiazarán, quien solicitó ser candidato al Senado por Sonora, renunció ayer al PRI, partido en el que militó 30 años.

En una carta dirigida al presidente de ese partido, Enrique Ochoa, le recriminó no haber tenido el más mínimo afán de construir consensos al interior e imponer decisiones cupulares. La dirigencia nacional dejó de ser leal con sus leales, advirtió.

Culpó a Ochoa de haber impedido la participación libre y democrática de sus militantes, sobre todo, dejar de lado los méritos partidistas y privilegiar la complicidad.

El argumento central para que Astiazarán no avanzara en la nominación a la senaduría fue que, según el dictamen, omitió una constancia que avalara que conoce los documentos básicos priístas. Esa razón, opinó, fue infantil e incrédula.

Agregó que la actual dirigencia dista mucho de apegarse a los valores de democracia y justicia social que nos dieron origen e identidad, y será recordada por exigirle más requisitos a un militante que a un simpatizante.