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Curas niegan haber entablado pláticas con integrantes del crimen organizado

Aun con el Jesús en la boca, sacerdotes mantienen su labor en zonas de violencia
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Tras asesinar a un hombre en un autolavado, uno de varios sicarios al intentar huir murió y otro resultó herido cuando se enfrentaron a patrulleros municipales, en la colonia Del Real, en el sur de Ciudad JuárezFoto Cuartoscuro
 
Periódico La Jornada
Domingo 11 de febrero de 2018, p. 4

Sacerdotes que ejercen en zonas de violencia en Veracruz, Colima, Nayarit y Durango aseguran que no detienen sus labores pese al miedo de algunos de transitar por sus ­comunidades.

El vicario general de la diócesis de Colima, José de Jesús Ramos Hueso, expresó que tienen sacerdotes que desgastan su vida y las 24 horas está uno con el Jesús en la boca, pero es ahí donde uno puede decir: esta es mi vocación.

En ocasiones, agregó, se dirigen a zonas rurales en la madrugada para auxiliar a un enfermo o viajan cuatro o cinco horas para llegar a otras comunidades parroquiales que atienden. Es ahí donde el sacerdote se arriesga a lo que pueda venir, indicó.

El padre José Manuel Suazo Reyes, vocero de la arquidiócesis de Xalapa, expuso en entrevista que en Veracruz la violencia es generalizada. El ambiente sigue siendo difícil y, por tanto, nosotros tenemos consciencia de que debemos estar con las comunidades y, hasta este momento, por ese motivo no se ha movido o trasladado a ningún sacerdote.

Mencionó que están conscientes de su labor, pues ésta puede representar riesgos porque el Evangelio que anunciamos denuncia a veces situaciones de injusticia o cuando se afecta los derechos humanos de las ­personas.

Pese a la violencia –dijo–, no han entablado diálogo con integrantes del crimen organizado.

Rafael Rentería Alaniz, vocero de la diócesis de Tepic, indicó que en el estado de Nayarit hay temor de la población. No sabemos en qué momento vaya a haber balaceras.

Pero también los sacerdotes enfrentan otros retos. Declaró que en ocasiones celebran misas de cuerpo presente de personas asesinadas y los familiares les dicen: “Padre, apúrese porque nos están amenazando.

Entonces hacemos los servicios litúrgicos de exequias e inmediatamente los llevan al panteón.

El sacerdote Noé Soto Valdez, encargado de la oficina de comunicación de la arquidiócesis de Durango, dijo que en un ambiente de violencia el apoyo para las víctimas por parte de los religiosos es espiritual, pero, además, las personas se acercan a ellos para que mediante la institución eclesial se pueda dar cauce a las autoridades.

Sin embargo, también por conducto del secreto de confesión hay quienes les revelan que forman parte de la delincuencia organizada.

Ante estas situaciones, recomendamos a estas personas que hagan confesión pública y, si es necesario, que se entreguen, pero más ya no se puede hacer; digamos que por respeto, por ética profesional, no podemos decir más.