Opinión
Ver día anteriorViernes 2 de febrero de 2018Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Ruta Sonora

Lo rifado de 2017 (rock anglo, 1ª parte)

E

n vista de que los premios Grammy cada año están peor (la 60 entrega del domingo pasado lo demostró con creces), convertidos en la fiesta de una industria payolera que se premia a sí misma (y a los cinco mismos), que hace mucho tiempo dejó de ser el indicativo de lo que ocurre en la música pop anglosajona de calidad, este espacio se aboca a ofrecer una panorámica menos desoladora, respecto de los álbumes editados el año pasado. Hoy, la primera parte de los álbumes de rock, género que a ratos pareciera agotarse, pero que aún da sorpresas gratas de sinceridad y frescura. En 2017, el gusto por la sicodelia prevalece, así como el canto melancólico.

1. Fleet Foxes. Crack Up (Estados Unidos). Tras seis años de silencio, Robin Pecknold y compañía deslumbran con un suntuoso y hermosísimo pop de cámara, de caleidoscópicas armonías corales, así como contemplativos y progresivos paisajes orquestales de gran riqueza armónica, pianos hipnóticos, guitarras acústicas igual jubilosas que taciturnas. Un portento prácticamente desapercibido.

2. Godspeed You! Black Emperor. Luciferian Towers (Canadá). Su mejor obra desde el genial Lift your Skinny Fists Like Antennas to Heaven (2000). Cabecillas del post-rock instrumental, envuelven con épicas atmósferas, ahora menos sombríos, llenos de optimismo y mensajes antirraciales: guitarras expansivas, cuerdas rústicas, baterías poderosas, pequeñas suites... Gran cosa.

3. Aquaserge. Laisse ça être (Francia); Once and Future Band, Once and Future Band (EU). Empate pop-gresivo: los primeros hacen un lúdico y virtuoso avant-rock de guitarras, metales y sintes, que incorpora prog, free-jazz, sicodelia, chanson y electrónica, de colorida manera: imprescindibles. Los segundos atraviesan la rítmica con una neo-sicodelia progresiva y luminosa, guitarrienta, atascada de sintes y corales glam-setenteros, pasajes Pink-Floydianos, y fantásticos guiños teatrales.

4. King Gizzard & the Lizard Wizard. Flying Microtonal Banana y Gumboot Soup (Australia). Empate entre dos de los cinco discos que este enloquecido combo editó en un solo año (aunque los cinco son buenísimos). Para el primero, inspirado en las Mothers of Invention de Frank Zappa, el septeto alteró sus instrumentos en micro-tonalidades para disparar prog-sicodélicos macanazos de fabuloso ingenio sintético-eléctrico. Para Gumboot… se pusieron suavecitos, pop y jazzies, sin dejar su abigarrada magia. Bandota.

5. Oh Sees (OCS). Memory of a Cut off Head (EU). Conocidos como Thee Oh Sees, luego como Oh Sees, editan bajo el apelativo OCS (proyecto previo del genial y prolífico John Dwyer) un giro radical. Su distorsión enferma queda atrás, para ofrecer un finísimo plato lisérgico donde violines, cellos, clavicordios, flautas, sintes análogos y elegancia guitarril de influencia Beatle hacen ver colores raros sin necesidad de LSD.

6. Circuit Des Yeux. Searching for Indigo (EU). Poderosa, original y enigmática, la propuesta de la compositora y cantante Haley Fohr, quien con una voz gravísima, hace un folk experimental variado, inventivo. Guitarras sin cliché, violines mántricos, sintetizadores, enmarcan rítmicas que mediante el trance, rodean su atormentada, fantasmal y quebrada interpretación vocal. Fantástica, única.

7. King Krule. The OOZ (Inglaterra). Archy Marshall (1994) es una de las voces más particulares, feroces, prometedoras, del alt-pop actual. Guitarra eléctrica desvaída, bossa, jazzy, blues, con rítmica electro-pop soul, enmarcan a este oscuro crooner de voz dura, quien ruge acompañado por el saxofonista Ignacio Salvadores. Serio pero no solemne, garantiza por igual ensueño y desolación.

8. Grizzly Bear. Painted Ruins (EU). Hermoso quinto disco, el de estos neoyorquinos, encabezados por la ambiciosa y exquisita mente del multi-instrumentista Christopher Bear y la literaria de Edward Droste. Sus meditativas y suaves atmósferas de intrincados arreglos, prosiguen con su inimitable y cálido sello. Chulada.

9. The Horrors. V (Inglaterra). En cada álbum, estos londinenses encarnan un nuevo sonido, sin sonar falsos, guardando una misma línea sombría y apasionada. Del garage han pasado al post-punk y en lo más reciente, al shoegaze. Aquí, los sintes agridulces, los beats 80s, la pesadumbre, hacen de éste un excitante pasaje industrial, un poco de vuelta a sus raíces góticas.

10. Pond. The Weather (Australia). Producidos por Kevin Parker (Tame Impala), combinan su usual sicodelia de guitarras explosivas con una más ligera de sintes dramáticos, bajos tronadores, saxofones new wave, sin abandonar el caos feliz. Más melódico y sensual, su líder Nick Allbrook se pone apocalíptico en las letras y se asienta mejor como compositor cósmico.

www.patipenaloza.blogspot.com

Twitter: patipenaloza