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Pido perdón a quien, sin querer, haya ofendido, dice el cardenal saliente

Rivera Carrera, recordado por proteger a pederastas y su cercanía con el poder
 
Periódico La Jornada
Viernes 8 de diciembre de 2017, p. 12

La trayectoria eclesial, incluido el mandato de más de 22 años del cardenal Norberto Rivera Carrera al frente de la Arquidiócesis Primada de México, serán recordados por las acusaciones de protección a sacerdotes pederastas, por la cercanía que tuvo con el fundador de los Legionarios de Cristo, el sacerdote Marcial Maciel, sus relaciones con empresarios y políticos, así como su lejanía de la grey capitalina y su ultraconservadurismo.

La noche del martes, seis meses después de presentar su renuncia al papa Francisco, al haber cumplido 75 años de edad, se supo que el pontífice había dado luz verde al relevo y que su sucesor será el cardenal Carlos Aguiar Retes, arzobispo de Tlalnepantla, quien se prevé tome posesión el 5 de febrero de 2018.

Especialistas en asuntos religiosos opinaron que la gestión de Rivera Carrera ha sido un fracaso, un desastre, y que más que religioso, ha sido un hombre de poder y un actor político.

El sociólogo Bernardo Barranco indicó que los capitalinos no extrañarán a Rivera Carrera, solo lo añorarán los sectores conservadores, como El Yunque, El Frente Nacional por la Familia y los Provida.

Lo anterior, principalmente porque se empeñó en imponer una moral católica a rajatabla y a aplicar recetas rancias en temas como aborto, eutanasia y derechos de las mujeres. Además, dijo, no fue un pastor carismático, sino una persona rústica.

Consuelo Mejia, directora de Católicas por el Derecho a Decidir, dijo que tuvo una gestión bastante crítica, fue cercano al poder y lejano del pueblo y actuó en contra de los derechos sexuales reproductivos de las mujeres.

Rivera Carrera emitió una carta de despedida de la arquidiócesis de México y de sus colaboradores, en la que señala: Me llevo la satisfacción de no haber permanecido mudo ante la violación de los derechos humanos y divinos de mi madre la Iglesia; lamento si por mi posición firme alguien se sintió ofendido y lastimado; una vez más pido humildemente perdón a quien, aun sin querer, haya ofendido. Asimismo, pide perdón a Dios por mis debilidades y omisiones, y refiere que sin mérito alguno de mi parte, Cristo quiso que dirigiera esta enorme arquidiócesis.

Rivera Carrera regresó el martes del Vaticano, donde el papa Francisco le informó que aceptó su renuncia y le dijo quién lo sucedería.

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El cardenal Norberto Rivera Carrera deja la Arquidiócesis Primada de México después de 22 años de ocupar el cargoFoto Luis Humberto González

El jerarca, originario de La Purísima, Tepehuanes, Durango, fue designado arzobispo primado de México el 13 de junio de 1995, por Juan Pablo II, cargo que asumió el 26 de julio de ese año. Cuando fue promovido era obispo de Tehuacán –cargo que ocupaba desde 1985–, situación que sorprendió a muchos sectores, pues se esperaba que el sucesor de Ernesto Corripio Ahumada fuera alguien con más experiencia y peso eclesial.

Durante su mandato en Tehuacán surgió el caso del sacerdote pederasta Nicolás Aguilar, quien abusó sexualmente de más de 90 niños en México y Estados Unidos. Las primeras quejas de padres de las víctimas se conocieron a principios de 1988. Luego de que ocurrieron los primeros casos de abusos, el reclamo llegó al arzobispo, quien decidió enviarlo a Los Ángeles, California, donde el religioso siguió agrediendo sexualmente a niños. Fue denunciado ante la Corte Superior de ese estado, y a los cardenales Rivera Carrera y Roger Mahony se les siguió proceso por encubrimiento, aunque no se les castigó.

Denuncia ante la PGR

Cuando Rivera Carrera dirigía la arquidiócesis de México detonó otro escándalo de pederastia: ocho ex Legionarios de Cristo denunciaron los atropellos de Marcial Maciel. La reacción del jerarca fue negar los señalamientos. Era 1997.

El 2 de junio de ese año, los ex religiosos Alberto Athié y José Barba presentaron una denuncia en la Procuraduría General de la República contra Rivera Carrera por el presunto encubrimiento de 15 sacerdotes pederastas en la arquidiócesis de México.

Los datos surgieron de información que dio el jerarca en el desayuno de fin de año con la prensa que cubre la fuente. Esta acusación aún no concluye.

A raíz de esta situación se anunció que este año no habría desayuno de fin año, pues dijeron que la prensa sólo buscaba afectar al jerarca. Con motivo del relevo se percibió mal humor en el departamento de comunicación de la arquidiócesis.

Según analistas, porque fue un relevo relativamente rápido, sóo tardó seis meses cuando otros tardan años.

Este medio solicitó una entrevista con Rivera Carrera, pero fue negada.