El panista Javier Lozano, acompañado por diputados locales y federales de Puebla, salió ayer en defensa de Rafael Moreno Valle, a quien se acusa de crear una red de espionaje. Es ridículo que lo acusen sin pruebas, dijo, aunque agregó que no meto las manos al fuego ni por el ex mandatario estatal ni por nadie. Que cada quien responda, como ya lo está haciendo él.

Lozano encabezó –como funcionario del gobierno de Puebla, ya que es senador con licencia– lo que él mismo definió como la defensa de Moreno Valle y lo que es de los poblanos.

Dijo que lo que pretendió ser una noticia escandalosa –la denuncia de que Moreno Valle espió al presidente Enrique Peña Nieto y a cuatro secretarios de Estado, entre otras personas– la verdad es una historia de farsa, traición y mentira de (el senador Miguel) Barbosa y (Fernando) Manzanilla.

Acusó: lo que tenían que haber hecho Barbosa y Manzanilla era haber llevado de la mano a entregarse a la Procuraduría General de la República (PGR) a Rodolfo Raúl González, ex empleado del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), porque es un delincuente confeso, ya que reconoció que participó en las escuchas.

Lozano continuó: es ridículo que se haya espiado al presidente Peña Nieto; al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, al diputado local y coordinador de la bancada panista en Puebla, Jorge Aguilar Chedraui, y a su mamá, una señora de 70 años; dicen que el actual gobernador, Antonio Gali, y que yo, también fuimos espiados.

El diputado Aguilar Chedraui, presente en la conferencia, negó que él o su mamá hayamos sido espiados.

Lozano acusó de traidor, oportunista y chantajista a Barbosa, y señaló que “a lo mejor se quiere proteger porque podría ser que a lo mejor lo agarren en moches de obra para Puebla”.

Barbosa, en conferencia de prensa, dijo que es Moreno Valle quien debe responder la denuncia en su contra y no Lozano, al que calificó de un barbero del ex mandatario estatal.

Exigió que el actual gobernador de esa entidad, Antonio Gali, investigue el espionaje, y no sólo se limite a negarlo.