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Llamó a aplicar el modelo nórdico, según el cual sin demanda no hay oferta

Contra la trata sólo es efectivo penalizar el consumo del sexoservicio: experta
 
Periódico La Jornada
Domingo 30 de julio de 2017, p. 9

Para combatir efectivamente la trata de personas es indispensable que las autoridades mexicanas penalicen a los consumidores de sexo pagado, ya que la prostitución es una de las fuentes más importantes de dicho fenómeno delictivo, señaló Gretel Baeza, asesora de la Coalición contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe.

Tenemos avances, partiendo de la Ley para Prevenir y Sancionar la Trata de Personas, aprobada en años pasados, pero en tanto no se hable de todo lo que representa un sistema jurídico que no castiga al cliente del consumo de sexo de paga, no vamos a poder avanzar de manera sustantiva, puntualizó la socióloga feminista.

En charla con motivo del Día Mundial contra la Trata –que se conmemora hoy–, Baeza afirmó que el llamado modelo nórdico, que castiga penalmente a quienes contratan servicios sexuales, sí ha logrado combatir aquel delito en los países que lo han adoptado, siguiendo la premisa de que si no hay demanda, no hay oferta.

Los sistemas que tienden a reglamentar la prostitución lo único que fomentan es el fenómeno de la trata de personas en escala macro. Necesitamos trabajar en el tema de la cultura, de la educación, en un proceso en el que se entienda que el sexo de paga es un tipo de violencia contra las mujeres, resaltó la especialista.

Sin embargo, en México no estamos ni siquiera cercanos al debate, ya no digamos a la construcción de alternativas o a buscar políticas de salida. Nuestros legisladores no han entrado a un debate sustantivo para construir verdaderamente un modelo jurídico que pueda combatir de fondo el fenómeno de la trata de personas.

Para Baeza, la prostitución no puede considerarse un trabajo, sino una manifestación de la violencia contra las mujeres, una alternativa de vida que se ocupa cuando todas las demás posibilidades se cierran. Las mujeres son víctimas de ese modelo y necesitamos que se vea así, sin naturalizar el fenómeno ni verlo de forma romántica.

El acto de la prostitución es siempre un acto de coerción, porque tienes que pagar para tener sexo y entonces no es por voluntad, es por la paga. En el imaginario colectivo, las mujeres están accesibles a cambio de dinero, y lo que decimos es que ninguna violación, por más pagada que sea, deja de ser una violación, manifestó.