Deportes
Ver día anteriorSábado 29 de julio de 2017Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

El técnico ayuda a enmendar errores, no de cancha, sino de vida

El Chelís grita, motiva, entrena; impone su temple a presos del Cereso de Puebla
 
Periódico La Jornada
Sábado 29 de julio de 2017, p. a14

José Luis Sánchez Solá, Chelís, retomó desde hace cuatro se- manas los botines y el balón pa-ra volver a dirigir. La cancha en la que entrena es de terrece-ría, prácticamente en campos llaneros. Ninguno de sus jugadores es una estrella del balompié y están muy lejos de llegar a prime-ra división; todos son presos del Centro de Readaptación Social (Cereso) de Puebla.

Chelís llega al reclusorio con su balón en mano, les enseña a patear el esférico con mejor técnica, pe- ro también los motiva a trabajar, a analizar que si cometieron un delito existe la oportunidad de cambiar el camino que habían elegido.

Adentro no hay readaptación, esa palabra no existe ahí. Con el nuevo Sistema Jurídico Penal muchos van a salir. Entonces hay que ver de qué manera puedes influir en una verdadera readaptación, es necesario que sepan que afuera hay otras cosas, dice Chelís con la voz firme que lo caracteriza.

Con la implementación del nuevo sistema jurídico se prevé la liberación de presos que cometieron delitos que ahora no son considerados graves. Para Sánchez Solá eso representará un conflicto, porque muchos de esos reos regresarán a la cárcel debido a que nunca vivieron un verdadero proceso de readaptación.

Han salido en Puebla 2 mil 500, de 9 mil que había en todos los municipios, pero ya regresaron cerca de 800, eso es una pena, lamenta.

El ex técnico de Puebla llegó hace casi un mes al reclusorio con su traje de vestir y zapatos relucientes. Se sentó con los internos y les dio una plática motivacional.

Los presos estaban sorprendidos, ¡El famoso Chelís los visitaba! Pero ellos no querían pláticas, tenían enfrente a uno de los ténicos más conocidos del balompié mexicano y querían ir a la cancha, sentir la emoción de patear un balón.

A la siguiente semana regresó con su cuerpo técnico, tenis, short y balones para comenzar a entrenarlos. Los presos lo recibieron motivados, pero le advirtieron “tienes que ser el Chelís”, el mismo que se ha distinguido por el temple fuerte, que grita y que regaña cuando es necesario.

¡Claro! Pero a ver si me aguantan, respondió entre risas.

El balón rueda en el campo de tierra del Cereso, ningún jugador porta un uniforme especial, no hay público que aplauda sus goles, pero todos patean el esférico y hacen sus mejores jugadas como si debutaran en el máximo circuito del balompié.

Un chico me dijo que llevaba 10 años sin pegarle a la pelota, algo tan simple y natural que todos podríamos hacer, pero él lleva ahí 10 años... ¡Me impactó! Ahora ya le pegó al balón y tiene la ilusión de levantarse un día a la semana y jugar al futbol, relata Solá.

El técnico asume la posición de mando, aprecia el juego con diversas fallas técnicas, pero eso no importa. Para Chelís lo trascendente es que por medio del futbol comprendan que hay oportunidades para enmendar errores.

Los entiendo, no creo haber cometido un delito que alcance la magnitud para estar preso, pero sí comprendo esa parte humana, de por qué caen y también de por qué levantarse, expresa el timonel, quien no pretende vestirse de héroe con estas acciones, pero sí tiene la esperanza de al menos cambiarle la vida mínimo a uno de ellos.