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El archivo Barragán
La Jornada, el primer diario mexicano en acercarse a la fundación
Enviada
Periódico La Jornada
Miércoles 26 de julio de 2017, p. 3

Basilea.

El trabajo de toda una vida del arquitecto Luis Barragán Morfín (1902-1988), su archivo profesional, luce en perfectas condiciones. No se encuentra en un búnker ni es inaccesible.

Durante poco más de dos décadas lo ha resguardado la Fundación Barragan (BF, por sus siglas en inglés), que está a punto de publicar el primer catálogo razonado del acervo, una obra en dos volúmenes, de 900 páginas cada uno, con 3 mil 500 imágenes e información que documenta unos 200 proyectos arquitectónicos.

La Jornada solicitó a esa instancia, con sede en esta ciudad, conocer las condiciones del legado del único mexicano que ha obtenido el Premio Pritzker (considerado el Nobel de arquitectura), y la respuesta fue, sin mayores trámites: Sí, vengan cuando quieran.

En 22 años es la primera vez que la fundación abre las puertas de par en par a un diario mexicano, no por tener al archivo secuestrado, como en recientes fechas se difundió de manera errónea. Simplemente, ningún periodista latinoamericano se había interesado en acudir a la sede suiza para conocer de primera mano la forma en la que trabaja la BF, hasta que se desató hace unos meses la polémica en torno a ese tesoro ahora tan codiciado, señalan las cinco personas que trabajan en la investigación y conservación de los documentos.

En 2002, cuando se presentó en el Palacio de Bellas Artes la exposición La revolución callada, con motivo del centenario del natalicio de Barragán, Federica Zanco, directora de la fundación, quien se encontraba de visita en México, explicó ampliamente a este diario en una entrevista la manera en la que fue adquirido el archivo y los avances en su catalogación, que entonces llevaba siete años de labores (La Jornada, 6/3/02).

Toda esa información se diluyó o distorsionó en fechas recientes cuando la estadunidense Jill Magid narró su versión de los hechos como parte de una controvertida propuesta artística, que incluyó la exhumación de las cenizas del arquitecto jalisciense para convertir una porción de éstas en un diamante, historia con variopintos escenarios que se ha documentado en estas páginas.