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Tenemos resistencia, pero nos falta velocidad, dicen los jóvenes

Hermilo y Andrés García ganan carrera tarahumara CDMX
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Los hermanos Hermilo y Andrés García hicieron el 1-2; en tercero quedó Candelario CamposFoto Jesús Villaseca
 
Periódico La Jornada
Lunes 12 de junio de 2017, p. 4

Hermilo y Andrés García Carrillo son hermanos y jóvenes corredores rarámuris profesionales que no se conforman con alcanzar otros horizontes, como sus compañeros que sorprenden en el extranjero en los ultramaratones. Ellos ambicionan más y anhelan estar en unos Juegos Olímpicos, por lo cual tendrán que entrenar mejor y adquirir mayor velocidad.

Hace tiempo que dejaron de usar huaraches con suela de llanta y correas hasta el tobillo, porque ya no corren en tierra y tampoco traen la vestimenta tradicional de las etnias de Chihuahua.

Utilizan dispositivos móviles y su único contacto con el técnico capitalino Carlos Ortega es por correo electrónico en la biblioteca de Guachochi, la única que tiene Internet, para poder imprimir sus programas de entrenamiento.

En su primera aparición en la Ciudad de México, con ropa y tenis deportivos sin marca, los García Carrillo hicieron ayer el 1-2 en la carrera Tarahumara y no estaban muy contentos, pues sus tiempos no coincidían con lo marcado por sus relojes.

Hermilo, de 20 años, fue el vencedor, con 31.36 minutos, y Andrés, de 22, cronometró 34.01, seguido de otro rarámuri, Candelario Campos, quien hizo 34.03, en 10 kilómetros, en un circuito de la primera sección del Bosque de Chapultepec, muy cerca de la Fuente de Nezahualcóyotl.

Su padre, Hermilo, también corrió y fue de los últimos en cruzar la meta. Abrazó a sus hijos, se tomó la foto y apenas le dio tiempo para vender aretes y pulseras de chaquira en las carpas, donde las mujeres ofrecían blusas y faldas de llamativos colores lisos o con flores, así como cintos bordados y figuras talladas en madera.

Los García estudian la preparatoria. Son conocidos por sus triunfos en carreras cortas. Desde niños aprendieron con las distancias largas, como la mayoría de su comunidad, Norogachi, donde correr en las montañas es un ritual y también una necesidad.

Ambos quieren ganar dinero para ayudar a su familia y están inspirados en lo que hacen Silvino Cubesare y Arnulfo Químare, los rarámuris más cotizados en gran parte de Europa.

Hace dos semanas, Cubesare triunfó en Francia en el Ultimate Race Marseille, categoría máster, al cubrir una distancia de 64 kilómetros en nueve horas. Queremos llegar a la Olimpiada de Tokio (2020). Se lo dije al entrenador cuando fue a mi pueblo a seleccionarnos para correr. Resistencia tenemos, pero nos falta velocidad, comenta Hermilo, quien desea estudiar la licenciatura de educación física, al igual que Andrés, en la Universidad Autónoma de Chihuahua.

Las mujeres rarámuris se llevaron los honores en su categoría. Algunas compitieron con sus tradicionales faldas, unas en huaraches, otras con sandalias de hule o tenis y portaban la playera del certamen.

Ganó Cecilia Amelia Moreno, de 15 años (47.10), mientras Alicia Paulita Sebastián y Ana Celia Batista llegaron a la meta tomadas de la mano con el mismo registro, 51.09. Se ruborizaban, sonreían con timidez y apenas soltaban alguna palabra.

Aunque no triunfó, Alejandro Carrillo Bustillos, de 16 años, era el más fotografiado de la multitud de corredores en diferentes categorías y distancias. Se robó la simpatía de competidores y público que llegaron temprano, todavía a oscuras y con alta humedad, para ver a los 30 rarámuris que viajaron por primera vez en avión con el apoyo de la fundación José A. Llaguno y empresas privadas.